La ley del embudo
El editorial de la directora de 'Hoy por Hoy' del viernes 5 de diciembre
Pepa Bueno: 'La ley del embudo'
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Madrid
El agujero negro de Bankia, los miles de millones de euros que todavía estamos pagando a escote, sigue explicándose poco a poco, conforme se avanza en la investigación de cómo se gestionó la caja y luego el banco.
Primero por Blesa y después por Rato. Según los auditores judiciales, su salida a Bolsa se hizo con tal maquillaje contable y descontrol financiero que lo que se veía no era precisamente la imagen fiel de la entidad. Hubo además omisiones, inexactitudes, compra de acciones por empresas amigas -y algunas insolventes- que venden de forma inmediata. Aquella salida se produce en el año 2010 con Rato al frente, gestionando la operación y tocando la campanita sobre el parqué madrileño.
El informe compromete directamente a Rato pero cuestiona también la tarea de los controladores. ¿Cómo es posible que la auditora independiente, Deloitte, no viera nada y que la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España tampoco? Quienes no vieron nada de este inmenso agujero y ahí siguen, ajenos a cualquier responsabilidad son los mismos que exigen al pequeño ahorrador saber que las preferentes eran un producto de riesgo, o que es una clausula suelo. O al pequeño accionista intuir que le estaban engañando con el precio de la acción. Es la descripción exacta de la Ley del embudo. Esperamos impacientes la opinión de los responsables políticos de entonces, de ahora, y de los que promovieron y confiaron en Rato.
Esto es lo gordo, pero no está de más recordar que los auditores dicen también que en el asunto de las tarjetas black hubo voluntad de ocultarlas y que nadie ni los titulares ni el banco, pagaron nunca nada a Hacienda por ellas.