Los peritos y los diputados

Madrid

Lo ocurrido en Caja Madrid y en Bankia pesará siempre sobre nuestras cabezas, porque somos probablemente el único país del mundo desarrollado donde un caso tan brutal como este no ha sido objeto de una investigación parlamentaria seria. Está muy bien que exista una investigación judicial (iniciada, todo sea dicho, gracias a una querella de UPyD) y que los peritos del Banco de España señalen a los jueces los posibles delitos cometidos.

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Pero lo asombroso es que el Parlamento de este país, que representa a los ciudadanos, haya sido aún incapaz de encargar un libro blanco sobre una entidad financiera que ha recibido 36.000 millones de euros en ayudas públicas.

Los peritos nos dicen que Bankia salió a Bolsa con las cuentas maquilladas y que las primeras cuentas de los nuevos gestores, a los que el Gobierno encomendó el banco, también hicieron errores y ocultaciones. Decidan ahora los jueces lo que proceda. Pero lo que no decidirán los jueces es qué pasa con esos 36.000 millones de euros, un dinero que todo el mundo está seguro de que los ciudadanos no van recuperar; ni las migajas. Eso es algo que deberían averiguar y explicar los representantes parlamentarios y mientras no lo hagan estarán incumpliendo groseramente con su deber.