Los peores temores

Madrid

Los jueces decanos de España, reunidos en Valencia, han dicho lo que todos sabemos: que existe en la sociedad española un indiscutible contexto de desconfianza y de alarma por el funcionamiento de las instituciones. Y que no es posible luchar de manera eficiente contra la corrupción con tan pocos medios humanos y materiales: en España hay aproximadamente la mitad de jueces de los que debería haber y el sistema judicial tiene casi una tercera parte de los fondos presupuestarios de los que debería disponer, según a media europea. En fin, que de poco sirve cambiar las leyes si los jueces tardan años en cerrar los sumarios, atrapados tanto por la falta de medios como por instrumentos procesales que parecen hechos a propósito para ralentizar todo el proceso.

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Los jueces no hablaron, como es lógico, de la situación del juez Ruz, porque no es su competencia. Pero el caso del juez Ruz puede ser uno de los ejemplos más evidente de la dificultad que tiene la Justicia en España para avanzar con algo más de rapidez. El Consejo General del Poder Judicial debe decidir antes del próximo día 24 si le renueva otros seis meses, para que termine de cerrar los sumarios por corrupción que lleva, algunos de ellos de los más complejos de España. Si se destina a Ruz a otra plaza y se le entrega el sumario a un nuevo juez que tendrá que empezar a leerse todo desde el principio, no habrá ciudadano en este país que no se reafirme en sus peores temores.