Bochorno

Madrid

“Durante estos últimos días, Valle-Inclán hubiera confirmado su temor de que España fuera una deformación grotesca de la civilización. Primero, con la despedida delirante a la duquesa de Alba. Luego, casi al mismo tiempo, con el desahucio de una anciana de 85 años. Y, finalmente, con la brillante irrupción en sociedad del pequeño Nicolás y su fantástico sainete. Tremendo, a la corrupción añadíamos el esperpento”.

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Iñaki Gabilondo reflexiona sobre los protagonistas de las últimas noticias, propias del “esperpento” de Valle-Inclán, que han ocupado la atención de los españoles en los últimos días.