El hombre que puso letra a la alegría

Madrid

El Himno de la alegría que encumbró a Miguel Ríos llegó a su vida en una conversación por los corredores de Hispavox. "Me tocó la lotería. Con lo que gané con aquella canción le compré una casa a mi madre", recuerda el cantautor, cuya voz fue la elegida para modernizar la Novena sinfonía de Beethoven. Una partitura que había que tratar muy bien y que, de entrada, iba a añadir percusión a la cuerda. "Teníamos miedo de los clasicólicos", ríe hoy el rockero, al recordar una composición que, incluso, tuvo que interpretar en inglés.

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La conversación que el músico ha concedido esta mañana a Hoy por hoy ha estado marcada por los personajes de Juan Carlos Ortega, devotos del intérprete y, sobre todo, de aquella canción que tanto le encumbró. Quienes, como ellos, pretendan saber más del autor pueden leerlo en su libro, Cosas que siempre quise contarte. Para ellos, también, el granadino ha entonado, frente a Gemma Nierga y Manu Berastegui, los versos de esta canción.

Tal y como ha revelado, desde que dejó la más ajetreada vida del músico, Ríos sí que actúa con fines solidarios. Ese es el caso del concierto Un juguete, una ilusión, dedicado a la infancia y para el que ya no quedan entradas. En él, el intérprete estará acompañado por otros cantautores e, incluso, por un coro gospel. "Quiero devolverle a la gente las cosas que me han dado. Se nos debería caer la cara de vergüenza al pensar en las condiciones en las que viven muchos niños", ha alentado el compositor a que se apoye la causa. El retiro no le ha apartado, tampoco, de una militancia política en la que con gusto suele ejercer como reclamo.