«Como las plantas a las que se quitan las hojas inservibles o malbaratadas, los votantes escamochan cada vez más el sistema bipartidista, pero el electorado se muestra demasiado indeciso como para dar su aval a un sistema alternativo de partidos». Esta es la conclusión a la que llega Joaquín Prieto en El País al analizar el resultado de las elecciones en España, pero bien podría valer también para Europa en su conjunto donde las inéditas victorias del Frente Nacional en Francia y del Ukip en Reino Unido «acercan el aceite al fuego» como resume gráficamente el Süddeutsche. En España, el golpe al bipartidismo, como titula su editorial El País, supone un serio castigo a los partidos de gobierno, a los que un creciente número de ciudadanos ven como parte del problema. En esta «avería del bipartidismo» como la define Ignacio Camacho en su columna de ABC, Rajoy se ha dejado muchos pelos en la gatera para lograr sostener una pírrica y poco confortante primacía tras dos años críticos. El Periódico mira hacia la izquierda y con los resultados en la mano concluye en primera página que «el descalabro socialista deja en la cuerda floja el liderazgo de Rubalcaba». El bipartidismo también cuestionado en Europa por un voto de protesta canalizado a través de partidos populistas y euroescépticos. De las urnas sale una «Europa descentrada» como titula su editorial El Correo. El periódico vasco considera que la fragmentación debilita al Parlamento de Estrasburgo respecto al Consejo Europeo y mantiene el nombramiento de la Comisión, empezando por su Presidente, en el ámbito de la negociación de los gobiernos nacionales. Paradójicamente, el resultado de ayer refuerza la posición del núcleo de poder que, en sintonía con Alemania, ha estado al mando en los últimos 5 años. La Vanguardia, por su parte, estima que «la gran coalición» alemana puede repetirse en la Unión Europea ante la necesidad de dar respuesta al mensaje del electorado europeo que obliga a reformas institucionales que doten a Europa de una democracia más directa y participativa. Joaquín Estefanía ve además una necesidad de cambiar las políticas de austeridad que han acabado con el «método Monnet». El padre fundador de la Unión Europea sostenía que la única manera de avanzar entre tantas diferencias como países era un acuerdo sobre la orientación económica, política y social y, de ningún modo, una opinión hegemónica como la que impone hoy Alemania. Siguiendo este hilo, Antonio Maqueda asegura en Vozpópuli que Merkel ha impuesto el poder de los jefes de gobierno sobre el Parlamento Europeo, un modelo que brinda más fuerza a Alemania sobre el resto de países. ¿Pero hasta cuándo podrá aguantar el bipartidismo convencional en los países del sur, incluido Francia? Y en Francia empiezan a saltar las costuras. «Seismo», titula Le Figaro. Una palabra que puede ser la más repetida desde ayer por la tarde tanto entre los analistas como los políticos en los estudios de radio y en los platós de televisión. Es la «victoria personal» de Marine le Pen, a juicio del diario conservador que analiza la onda de choque en las dos principales formaciones: en la UMP, deben buscar un líder incontestable con unverdadero proyecto que seduzca a las clases populares. En cuanto a François Hollande, la instituciones le permiten mantenerse pero la pregunta es «¿puede seguir gobernando?». No lo va a tener fácil. Gregoire Biseau firm un análisis en Liberation que titula «François Hollande o la imposible recuperación» porque «ha gastado ya toda su munición» al haber remodelado el gobierno tras las municipales y haber acordado un gesto fiscal hacia 3 millones de hogares modestos. En cuanto a Europa, Hollande tampoco puede contar con un giro gracias a un cambio en la mayoría parlamentaria y por tanto de la Comisión. Así las cosas, concluye Biseau, esta mañana reunirá a un gabinete de crisis pero la respuesta que se puede esperar será sólo simbólica. Pero el problema del populismo no es sólo de Francia. Es de toda Europa, como sostiene en un editorial el Frankfurter Allghemeine: «los populistas han aumentado su apoyo en toda Europa, lo que tendrá unas consecuencias enormes». Una de ellas, a juicio de Heike Gobel en el mismo diario, es que el Parlamento Europe va a seguir teniendo una débil legitimidad debido a la baja participación. De esta manera, en Bruselas, los gobiernos nacionales son los que van a decidir y determinar la política«. De la misma opinión es Martin Kettie en The Guardian para quien la Unión Europea se enfrenta a una crisis de legitimidad sin precedentes». A su juicio, la inédita victoria del Ukip no es una revuelta de Gran Bretaña contra la Unión Europea es una revuelta de los europeos contra Europa y los partidos en el gobierno. Y los británicos son simplemente una parte de ellos«. Melanie Phillips en el Times utiliza la frase del propio Nigel Farage, líder del Ukip, de que el zorro ha entrado en Westminster para señalar que »los pollos descabezados -en referencia a conservadores, liberales y laboristas- no son los más apropiados para describir el resultado. El Tuit de hoy. El tuit va a ser hoy la respuesta que el economista de moda, el francés Thomas Piketty, ha dado al Financial Times que el viernes había cuestionado el rigor en los datos y estadísticas