El Atlético se queda sin red para un final de Liga vertiginoso

En una desgracia de partido el Atlético de Madrid pierde el comodín que tenía para seguir dependiendo de sí mismo para ganar la Liga, condición que mantiene pero que le obliga a ganar los dos partidos que le quedan. Los goles de Filipe en propia puerta y de Barral incendian una Liga que pelearán el propio Atlético, el Real Madrid y, casi sin quererlo, también el Barça

El Atlético de Madrid perdió ante el Levante, un equipo correoso y en un campo complicado. Sin embargo la derrota no tuvo demasiado que ver con el rival o con el estadio, la derrota colchonera de este domingo se resume en dos palabras tan simples como injustas: mala suerte. El Atlético fue mejor, llegó con más peligro y superó en todas las estadísticas al Levante menos en la más importante: el marcador.

El gol desgraciado de Filipe Luis parecía indicar que no iba a ser una tarde cómoda para Simeone y los suyos. Un centro de Diop acabó con un remate de pecho del lateral brasileño para adelantar al Levante cuando apenas habían pasado seis minutos del pitido inicial.

Aturdido, lento, como perdido, quedó el conjunto colchonero tras el tanto local. Sin ideas el Atlético tiró de orgullo y casi le vale, el problema se llamaba Keylor Navas. El portero costarricense empezó pronto su show con una parada antológica a Raúl García, que se había quedado solo en el punto de penalti. El rechazo del disparo le cayó a Villa, que solo en el área disparó alto. Un fallo tan incomprensible que le costó la sustitución en el descanso.

Además de Villa, también se marchó Raúl García, para dar entrada a Adrián y a Arda Turan. El cambio activó el juego colchonero, que encontraron en el centrocampista turco un guía que les condujera al gol.

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Arda Turan lideró al equipo en la segunda mitad y tuvo dos ocasiones claras para empatar el partido pero en ambas situaciones se encontró con Vyntra bajo los palos para evitar el empate. El central del Levante fue el escudero perfecto de un salvador Navas.

La mano del portero del Levante, deseado por el Atlético para el próximo año, apareció de nuevo para sacar de la escuadra un lanzamiento potente de Alderweireld.

Después de esa clarísima ocasión llegó la única ocasión de peligro del Levante. En el minuto 70 el conjunto de Caparrós firmó un gran contragolpe que acabó con un control y un remate de Barral para hacer el segundo gol levantino y llevar las lágrimas a los aficionados del Atlético que llenaban el Ciudad de Valencia.

Cuando mejor jugaba el equipo de Simeone, cuando más merecía el empate, llegó la sentencia del Levante, todo un mazazo para un equipo que apenas sintió el cansancio tras la histórica gesta de Champions.

El colmo de la mala fortuna del Atlético en Valencia lo simbolizó Adrián López, que a falta de quince minutos disparó al poste un balón que hubiera metido de nuevo a los colchoneros en la pelea por el empate y, a estas alturas de la Liga, sumar aunque sea solo un punto pude valer un campeonato.

El partido acabó con lágrimas en la parroquia rojiblanca, a la que le aparecieron de nuevo los fantasmas del 'pupas'. A pesar de la injusta derrota, el Atlético sigue dependiendo de sí mismo y si gana los dos partidos que le quedan (Málaga en casa y Barça en el Camp Nou). El Atlético quemó en Valencia el comodín que tenía y puso pimienta a la Liga, a la que le quedan dos jornadas para no separarse de la radio.

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