La mirada de Soledad: "Nadie pregunta hacia dónde se les lleva"

En el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Melilla, CETI, centenares de personas recibieron con grandes muestras de alegría la llegada de otros 500 compañeros, quinientos inmigrantes desprovistos de documentación que acababan de saltar la altísima valla metálica de la frontera. Estaba felices, no solo por solidaridad, sino porque saben que la única manera de que quepan 500 personas más en el CETI es sacar a otras tantas, a varios centenares de los que ya llevan varios meses internados allí. Todo el mundo sabe que el albergue está habilitado para 480 plazas y que antes que llegaran los nuevos ya acogía a 1.800, con ayuda de tiendas de campaña del Ejército. Recibieron a los nuevos con gran felicidad, porque eso significa que muy pronto varias decenas de ellos, centenares, serán transportados en avión a la península. Nadie pregunta nada, ni dónde se les deja ni qué ayuda se les proporciona. Lo único que parece claro es que se confía en que, de una manera u otra, terminen saliendo de España, camino de otros países europeos, con más oportunidades de trabajo que las que ofrece nuestro país.

Así que, lo quiera la UE o no, quienes saltan la valla de Melilla son un asunto europeo.