Sally Hawkins, la chica de las afueras

Su acento británico desaparece por completo en 'Blue Jasmine', donde interpreta a una cajera de supermercado de un barrio humilde de San Francisco. Pero además del acento -para muchos más logrado que el de la mismísima Cate Blanchett-, Sally Hawkins trasmite algo mucho más importante para el personaje, ese aura de gente corriente, algo ilusa y despojada de malicia alguna, aunque su hermana la rica la engañara con un timo semejante al de las preferentes.

Sus primeras apariciones como actriz fueron en el teatro, algunas obras de Shakespeare, Dario Fo y hasta 'La casa de Bernarda Alba', de Lorca. En cine debutó de la mano de Mike Leigh. Fue Samantha en 'Todo o nada'. Leigh la volvió a reclutar para su siguiente película, la aclamada 'El secreto de Vera Drake', sobre una mujer de clase trabajadora de Londres que realizaba abortos. A Mike Leigh le debe además su primer papel protagonista en 'Happy, un cuento sobre la felicidad', donde Sally Hawkins volvía a demostrar que se le dan bien los papeles de gente corriente, al hacer de una maestra soltera pero alegre. La cinta le dio su primer y único Globo de Oro.

Otras películas en las que ha participado son 'Grandes esperanzas', la de Mike Newell, 'An education', Jane Eyre', 'Submarine', 'Flor del desierto' o 'Nunca me abandones'. En 2007 Woody Allen ya se fijó en ella para 'El sueño de Casandra' y ahora, para 'Blue Jasmine' ha vuelto a acordarse de esa actriz de rostro y voz frágil que podría cruzarse por cualquier barrio de cualquier ciudad. Esta película le ha dado, a sus 37 años, otra nominación en los Globos de Oro y su primera nominación a los Oscar.