¿Gobernar por decreto?

Barack Obama quiere dar un impulso a su presidencia y ha anunciado que ante el bloqueo de la Cámara de representantes, de mayoría republicana, hará uso de su poder de dictar órdenes ejecutivas, gobernar por decreto, en definitiva. Tendrá efectos limitados. Así, por ejemplo, podrá subir el salario mínimo de los empleados públicos, pero no el de todos los trabajadores, iniciativa que sigue paralizada por los congresistas. Es legal, es constitucional y lo han hecho todos los presidentes, de hecho Obama es de los que menos órdenes ejecutivas ha firmado. Pero su abuso desvirtúa la separación de poderes y esquina el papel del legislativo.

Los atajos legislativos son universales. Aquí la Ley de Acompañamiento a los presupuestos ha sido coladero histórico de medidas lesgislativas. Y esta misma semana el gobierno ha promovido una reforma exprés para limitar la justicia universal haciendo uso de una proposición de ley del PP, de tramitación mucho más rápida que un proyecto de ley que es lo que suelen presentar los partidos cuando están en el gobierno y más si tienen mayoría absoluta. Todo tan legal que confirmaría que quien hace la ley, hace la trampa.