¿Y si vieran la repetición?

48 horas después seguimos dando vueltas a dos posibles penaltis en el Barca Madrid. Y lo que queda. Hubo un tiempo en que todo en el fútbol era discutible, porque la opinión es libre y lo que se veía en el campo era lo único que se veía. Después llegó la televisión, más tarde la moviola, hoy esa de orgía visual en la que se han convertido las retransmisiones deportivas.

Incluso en esas condiciones, algunas veces, tras decenas de repeticiones tomadas desde todos los ángulos posibles, no acabamos de tenerlo claro, lo que dice mucho de la dificultad de un oficio tan denostado. Pero cuando lo está, lo que resulta sádico es dejar al árbitro con su equivocación haciendo el ridículo ante el mundo.

Unos pensarán que el fútbol es un juego y que el error forma parte del espectáculo y de los negocios subsidiarios. Otros, que un quinto árbitro tecnológico sería más justo para los contendientes, para los árbitros y para la memoria de sus madres. Ustedes dirán.