Muñiz oculta las carencias del Real Madrid

Cristiano Ronaldo fue el mejor jugador del Real Madrid con dos goles, el primero de falta y el segundo tras un penalti de Carlos Sánchez sobre Pepe en el último minuto del tiempo extra. El Elche, tras una gran primera parte, igualó en el tiempo de descuento con un cabezazo de Boakye, pero Muñiz Fernández les privó de su premio | Así te hemos contado el partido.

El Real Madrid se presentó en el Martínez Valero con la consigna clara de amarrar el resultado; y cuanto antes mejor. El recuerdo de los partidos ante Betis, Villarreal y Getafe coleaba aun en el inconsciente de Ancelotti que pedía más concentración en sus hombres para no tener que superar una nueva montaña rusa.

Cristiano Ronaldo era el estudiante más aplicado, con la portería entre ceja y ceja. En el primer cuarto de hora el luso se encargó de avisar con dos buenos disparos, especialmente peligroso fue el primero que pasó lamiendo el poste. El delantero blanco había dejado su posición escorada en la banda para ejercer de segundo delantero, ya sea por miedo a la pólvora mojada de Benzema o por la intención de ganar presencia ofensiva.

Sin embargo, el Elche tenía previsto un guion muy distinto. El equipo de Fran Escribá se plantó en el escenario con mucha determinación y un estilo contragolpeador que hacía daño a su rival. Tres avisos importantes dieron los locales antes de que se cumpliera la primera parte. Lombán y Carlos Gil pusieron a prueba la titularidad de Diego López, pero el portero madridista respondió con sendos argumentos. Javi Márquez dispuso quizás de la más clara, un disparo franco desde el punto de penalti, que salió muy desviada.

El Madrid tenía el susto en el cuerpo. Solo Isco y Cristiano sacaban la cabeza por encima del resto para sortear la mirada fulminante que llegaba desde el banquillo blanco. El mediapunta español, en un gran estado de forma, intentaba combinar con el resto de sus compañeros pero las jugadas finalizaban sin la contundencia típica del equipo de la capital. El gol que en muchas ocasiones salva al Madrid se mostraba esquivo, corroborando un estilo de juego 'en obras'.

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Se llegó al final de la primera parte con empate a cero. El Real Madrid que no podía estar satisfecho con su juego, sí veía con buenos ojos el resultado y más cuando Muñiz Fernández perdonó la segunda amarilla a Sergio Ramos. El central andaluz cortó una contra de Corominas en una acción impropia de un jugador de su categoría con una amarilla ya a cuestas.

Toda la permisividad del equipo blanco desapareció tras la reanudación. Los jugadores salieron con otra actitud, la tensión competitiva había evolucionado. Las consecuencias no tardaron en llegar. Cristiano Ronaldo colocó con mimo la pelota en el primer lanzamiento de falta del que disponía. A la distancia, propicia para sus características, se añadió el fallo de una barrera que se abrió para facilitar el primer gol del partido.

Una vez más Cristiano respondía a la llamada de su equipo para hacer la diferencia. El encuentro se abrió en ese momento, condicionado por la necesidad del Elche y la esterilidad del Madrid. Los locales buscaban tímidamente la portería de Diego López pero no se volcaban, temerosos del potencial en la delantera de Ancelotti.

El Real Madrid había lavado su imagen con el gol pero ni mucho menos había cerrado el partido. El técnico italiano intento solventar esta circunstancia introduciendo cambios que lejos de buscar el gol tenían como destino afianzar la línea defensiva. La creación, en manos de Modric e Isco, quedó supeditada al esfuerzo y trabajo de Illarramendi y Carvajal.

Los minutos finales carecían de la chispa y emoción propia de un partido que llega abierto a su conclusión. Los blancos se conformaban con los tres puntos y un desgaste limitado, mientras el Elche medía sus esfuerzos, mermado por los kilómetros recorridos en la primera mitad. Pero el partido reservaba todas las sorpresas para el tiempo de descuento.

Boakye, que había pasado inadvertido en el resto del partido, encontró un gran centro de Albácar desde la banda izquierda para hacer el empate y condenar la indolencia blanca. Una fiesta que Muñiz Fernández, verdadero protagonista del encuentro, se encargó de amargar. En la última jugada del partido, el árbitro pitó un polémico penalti a favor del Real Madrid por presunto agarrón de Carlos Sánchez sobre Pepe en un saque de esquina.

La repetición mostró el forcejeo de los dos jugadores, aprovechado por Pepe para irse al césped. Cristiano Ronaldo, que no entiende de decisiones arbitrales sino de goles, marcó y deshizo el punto que el Elche se había merecido en los primeros cuarenta y cinco minutos. Pepe no falló, el central blanco fue listo e hizo su trabajo, rematado por la decisión de un árbitro que salió con una pitada monumental del Martínez Valero.

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