El perro perdido en el tornado de Oklahoma

Barbara García es una mujer mayor que vive en Moore, Oklahoma, uno de los pueblos que ha sido más afectados por el tornado de Estados Unidos. Ayer, le hicieron una entrevista en la CBS en la que contaba cómo había vivido todo, y de fondo se veían los restos de su casa, totalmente destrozada.

La pobre mujer estaba contando que buscaba a su perro, que su plan de emergencias para catástrofes era encerrarse con él en su baño, pero que se le había perdido. En mitad de la entrevista, se oye a una de las periodistas del equipo decir fuera de plano: "el perro, el perro".

La cámara se gira, enfoca y ahí estaba el perro, justo detrás de ellos. El animal se encontraba debajo de unos escombros mirándoles. En el vídeo se ve cómo van hacia él y lo liberan en directo. Es fácil imaginar la alegría de la pobre señora al encontrarse a su mascota.

El vídeo ha sido compartido en Facebook más de 135.000 veces. En Twitter igual, es uno de los temas del día, hay muchísima gente compartiéndolo. Están hablando del vídeo en medios de todo el mundo.

Es muy curioso cómo funcionamos los humanos: en mitad de una catástrofe terrible, con un montón de muertos, de repente lo que nos hace soltar la lagrimilla es una abuela reuniéndose con su mascota; algo que no deja de ser una anécdota pequeñísima.

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En otras catástrofes han ocurrido historias similares: en Fukushima muchas historias de perros se hicieron virales. En los disturbios de Grecia, de hace unos años, se hizo famoso el perro Lukanikos.

Centrarse en una historia pequeñita es la misma táctica que usan las ONG en sus anuncios. Es más fácil conseguir que nos impliquemos en un desastre humanitario cuando vemos la foto de un niño en concreto, con nombres y apellidos, que si nos explican en general la situación de su país. Aquí ocurre lo mismo, entendemos mejor el desastre de un tornado cuando nos ponemos en situación de una señora que cree que no va a volver a ver a su perro nunca más.