Terrence Malick, a paso lento

Un aura de mito rodea a esta cineasta reservado, reticente a aparecer en público, a ser fotografiado o a conceder entrevistas. El escurridizo Terrence Malick goza del respeto y la admiración de la crítica, que en ocasiones ha considerado sus filmes obras maestras.

Sus seguidores le profesan un fervor casi religioso, incluso le catalogan de 'poeta de las imágenes' por la belleza que caracteriza sus tomas sobre la naturaleza. Malick, de 68 años, no es un director prolífico. Los dos primeros largometrajes datan de los 70's ('Malas tierras' (1973) y 'Días de cielo' (1978)), el tercero ('La delgada línea roja') tardó dos décadas en aparecer y siete años más pasaron antes del estreno de 'El nuevo mundo' (2005).

Después de otro periodo de larga gestación, 'El árbol de la vida' (2011) se convirtió en su quinta película en 38 años. Gira en torno a una familia de Texas de los años 50's, pero también aborda el origen de la vida y la historia del Universo. Es un filme profundamente personal y algunos aspectos se asemejan a la vida de Malick: su infancia en Texas, un padre estricto o la muerte de un hermano. Además de dinosaurios digitales y espectáculos celestiales, tiene grandes estrellas como Brad Pitt, para quien "trabajar con Malick fue liberador, pero agotador". Por su parte, Sean Penn habla con dureza de su experiencia: "no encontré en la pantalla la emoción que había en el guión... todavía estoy intentando entender lo que hago ahí. Y lo que es peor, el propio Terry nunca me lo explicó con claridad". La nueva apuesta espiritual, filosófica y meditativa del veterano genio, compite en tres carreras hacia el Oscar: dirección, película y fotografía.