La firma de Àngels Barceló: Mario Vargas Llosa (07/10/2010)

Era el premio que le faltaba y no es un premio cualquiera. Mario Vargas Llosa ha sumado hoy a su larga lista de galardones el más importante, el Nobel, y le convierte ya en leyenda: leyenda viva de las letras, de la literatura, y también, y no menos importante, del compromiso.

Era el eterno candidato y hoy es el ganador, y sitúa, una vez más, a las letras españolas, a la literatura latinoamericana, en lo más alto. Tantos años ha sonado su nombre en un día como hoy, que más de uno pensaba que le acabaría pasando lo que a Borges, que nunca consiguió el galardón.

Vargas Llosa ya tiene el Nobel y, con él, más difusión, si cabe, tanto de su obra como, insistimos, de su compromiso, en primera línea, siempre, en defensa de los derechos humanos y de cualquier iniciativa que sirviera para mejorar el mundo. No dudó, en su momento, en meterse en política. Y ya fuera de ella, lleva muchos años utilizando su pluma para defender las causas que considera justas, en un claro ejemplo de cómo la literatura, la buena literatura, puede abrirse camino en medio de la aridez de la política. Es de los que más sabe sobre cómo respira America Latina, cómo siente y cómo se mueve. Y por eso hoy todos los que hablamos el mismo idioma sentimos el Nobel un poco nuestro.