Sebastián Nogales, expolicía agredido en los Sanfermines de 2002: “Se está apagando la llama de las víctimas”
Víctima del terrorismo callejero vinculado a ETA, ha participado en un encuentro con jóvenes en Pamplona
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Sebastián Nogales, expolicía víctima de la violencia proetarra en los Sanfermines de 2002
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Sebastián Nogales resultó gravemente herido minutos antes del chupinazo del 6 de julio de 2022 en Pamplona. En aquel momento miembro del Cuerpo Nacional de Policía, se encontraba de paisano en el entorno de la plaza Consistorial de Pamplona cuando fue detectado por un grupo de radicales que le dieron una brutal paliza. Hoy preside la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León. Ha participado en Pamplona en un ciclo del Colegio Mayor Larraona titulado "El final de ETA, ¿y ahora qué?': "Se está apagando la llama de las víctimas", afirma Nogales.
"Unos minutos antes del chupinazo del día 6 de julio de 2002 estuve al borde de la muerte como consecuencia de una agresión brutal. Cuenta que acabó desnudo, ensangrentado, "con la cabeza abierta" al lado de la de Ayuntamiento de Pamplona. Y con costillas rotas, fisuras en manos brazos, piernas, cuello... estuve bastante mal y también desnudo porque con mi propia camiseta taparon mi cabeza para desorientarme totalmente entre 6 u 8 y agredirme con todo tipo de utensilios; llevaban barras de acero, banderolas, puños, botellas..."
Explica que aquel día "teníamos conocimiento de que iban a poder llevar unas pancartas de grandes dimensiones y extenderlas como intentaban hacer cada año; en principio nosotros pensamos que iba a ser un grupo más reducido y vimos aparecer por la calle Jarauta en formación casi paramilitar en torno a unos 200 individuos con todo tipo de banderas banderines pancartas y abriéndose paso a empujones".
En La Ventana de Navarra, Nogales explica que "hubo detenidos, estuvieron durante un tiempo en la cárcel en prisión provisional y llegado el caso se trasladó a la Audiencia Nacional que era competente de todos estos casos. Allí no dieron por válida una de las pruebas que se aportaba, imágenes de una entidad bancaria, porque no había reunido la custodia procesal que se requiere. Se inhibieron en la causa y trasladaron el expediente al Tribunal Superior de justicia de Navarra dónde volvieron a no dar por válidas esas pruebas ni tampoco el testimonio de 10 o 15 policías que fuimos. Ellos aportaron testigos falsos y dijeron que estaban en otro lugar a esa hora".
Las vivencias de Sebastián Nogales como víctima de unos hechos violentos provocados por personas afines a ETA -Nogales recuerda que en aquel momento diversas organizaciones de la izquierda radical abertzale fueron equiparadas a ETA- se han podido escuchar en Pamplona, entre escolares, docentes, familiares- en el Colegio Mayor Larraona en el ciclo: "El final de ETA ¿y ahora qué?". Y lamenta que "se está apagando la llama de las víctimas; represento a un número determinado de víctimas en Castilla y León, en torno a 250 viudas, huérfanos, mutilados y heridos y todos tienen una cierta edad y estamos todavía luchando por una serie de derechos porque realmente merece la pena seguir luchando por ellos y sobre todo por el relato que es nuestro y no del que lo quiera pintar. El relato es de las víctimas y no todas las víctimas están dispuestas a hablar porque es cruel recordarlo, para mí es muy duro y me he acostumbrado en parte, pero es muy duro volver a relatar esos momentos tan trágicos".
Y explica la importancia de aportar estos testimonios al alumnado en las aulas "para que no se vuelva a repetir, para que los chicos sepan que en un momento determinado la violencia no es la solución".