Fernando Aguado, denunciante de abusos sexuales en el colegio Jesuitas de Tudela: “Me dieron una palmadita en la espalda”
Sufrió abusos sexuales entre 1975 y 1979, cuando era alumno del colegio, y señala directamente al portero, al jesuita Pedro Ulacia, ya fallecido
El testimonio de una víctima de abusos sexuales en el seno de la Iglesia Católica en Tudela
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Pamplona
Fernando Aguado ha denunciado en varias ocasiones que sufrió abusos sexuales en el colegio Jesuitas de Tudela cuando cursaba allí sus estudios. Esos abusos comenzaron cuando apenas tenía 13 años, en 1975, y se prolongaron durante cuatro cursos. Terminaron cuando trasladaron al jesuita Pedro Ulacia, portero entonces del centro, a Pamplona. Aguado sabe que no fue el único que los padeció. Años después, en 2008, lo denunció a la orden. Acudió primero a quien había sido su padre espiritual durante sus años de noviciado y, luego, al que era el provincial de Loyola. "Cuando [el provincial] me recibió, le conté lo que había pasado, el silencio y todas estas cosas. Me dijo que tranquilo, me dio una palmadita en la espalda y me dijo que como Ulacia ya había muerto, pues que no se podía hacer nada y que estaban trabajando para evitar casos futuros, pero, a mí, una palmadita en la espalda".
No publiques mi nombre: La entrada de Lorente
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Aguado tiene claro lo que quiere: verdad, justicia y reparación. "Lo que nosotros queremos, yo personalmente, es que la Compañía de Jesús reconozca que hubo esos abusos, que hubo ocultamiento, que lo reconozca públicamente y que pida perdón. Que las reparaciones sean justas y que, por favor, eliminen ese protocolo de reparación que tienen -denominado "entorno seguro"- que remite directamente a un equipo de abogados. Son los abogados los que te hacen una entrevista sobre la parte más horrorosa de tu vida. Los periodistas han tenido bastante más sensibilidad que aquel equipo de abogados. Queremos que eliminen ese protocolo, que lo modifiquen, porque tienen menos empatía que una piedra", ha señalado. "Queremos empatía", concluye. No dejará de luchar para que a las víctimas de pederastia se les reconozca el sufrimiento padecido: "Seguimos gritando desde el interior porque han sido cosas muy duras. No solo el hecho es muy duro, sino los 40 años de silencio, de guardarlo en tu barriga, es desolador".
Denuncias en el Colegio Jesuitas de Tudela
A fecha de 24 de diciembre eran ya doce las mujeres que se habían puesto en contacto con la periodista Cristina Fallarás para denunciar los abusos sexuales cometidos, presuntamente, por un profesor del colegio Jesuitas de Tudela. Estas personas, tal y como señala en la SER la periodista, son de diferentes generaciones, todas señalan al mismo hombre y todas coinciden en que sigue en activo. Así lo explicaba en la SER: "Primero me llega uno [un mensaje] diciéndome que hay un profesor en el colegio de los Jesuitas de Tudela y que se sabe. Al cabo de los días me llegan otros dos y al cabo de tres días otro más... Es decir, comienza a llegarme un goteo de mensajes en los que todos aluden a un profesor de los jesuitas de Tudela". Fallarás insiste en la SER en que, a pesar de que las denunciantes coinciden en que todo el mundo sabe quién es, ella lo desconoce: "Yo la identidad del agresor no la sé. Lo que sí sé es que tengo una acumulación de una docena de protestas de personas distintas de distintas generaciones hablando de un agresor sexual en el colegio de Jesuitas de Tudela y que todos saben quién es, y eso es lo verdaderamente preocupante".
En aquel momento, también se pusieron en contacto con ella desde el colegio para pedirle más información, pero subraya que no cuenta con esos datos. El colegio aseguró en un comunicado no haber conocido previamente denuncias y animaba a alumnado y familias a usar los medios habilitados para ello. En esta línea, Fallarás anima a estas mujeres a denunciar lo ocurrido ante la justicia: "Los delitos prescriben y prescriben muy rápido. Y el hecho de que un delito haya prescrito disuade a la víctima de denunciar en los juzgados porque si ha prescrito resulta una labor más o menos inútil y además bastante dolorosa. El hecho de que salgan públicamente, aunque no sea con denuncia, aunque no sea con nombre, hace que las víctimas se sientan en alguna medida resarcidas".
Hora 14 Navarra