"Desastre que obligó a cambiar el paradigma de cómo luchamos y como prevenimos el fuego ante una evidencia que por mucho que repitamos hay quien no se cree; esto se calienta"

Pamplona

May day, May Day, soy el capitán del Prestige, un petrolero del 243 metros de eslora. Transporta 77.000 toneladas de fuel desde el Báltico a Gibraltar. Hemos perdido el control y estamos escorados 25 grados a estribor. Necesito ayuda para evacuar la tripulación.

Es el mensaje que lanzó por radio a las dos y cuarto de la tarde del 13 de noviembre de 2002 Apostolos Mangouras, el capitán del Prestige. El barco, después de una serie de maniobras que lo trataron de alejar de la costa se hundió 5 días más tardes tras romperse en dos.

Si pensamos en Prestige, pensamos en uno de los mayores desastres ecológicos de la historia europea. Nuestro prestige empezó también al mediodía, pero del 18 de junio de 2022. Legarda fue uno de los epicentros de aquella zona cero.

Eso nos contó Silvestre Belzunegi, su alcalde, en el programa especial de la SER sobre aquella ola de incendios que se extendió de este a oeste.

Panorama en San Martín de Unx que nos contó Mariví Alcalde y tarde, noche y mañana de contar noticias que dejó sin voz a Ana Laura de Diego en Arguedas.

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15.000 hectáreas quemadas, eso lo supimos después. Ola de solidaridad que salvó la gran mayoría de los animales de un parque de la naturaleza, llevó tractores, mangueras, y cualquier cosa que pudiera parar el fuego que mereció el premio ser navarra de honor de ese año y la ´reivindicación del auzolan, el trabajo vecinal, como método, sí.

Incendios, varios de ellos provocados según las primeras investigaciones pero que no se consiguió esclarecer culpables, igual que pasó en el Prestige, por cierto.

Desastre que obligó a cambiar el paradigma de cómo luchamos y como prevenimos el fuego ante una evidencia que por mucho que repitamos hay quien no se cree; esto se calienta.