"Estaría bien que todos los agentes educativos se pusieran de cuando en cuando en la piel del eslabón más débil de la cadena; los niños y las niñas"

Pamplona

No es la primera vez que os cuento la historia de aquel amigo mío que tenía un coche que perdía aceite. Al coche le llamábamos el txipirón, porque la nube negra que le seguía por detrás recordaba a un reguero de tinta. Él sabía que el coche perdía aceite y se lo avisaba el piloto rojo del cuadro de mandos. Pero él le puso un esparadrapo al piloto y así no sufría.

Hoy en la SER hemos contado la llamativa cifra de personal de baja en la educación pública. El mes de marzo acabó con una cuarta parte de la plantilla de baja. Una cifra más llamativa entre quienes no tienen plaza fija, un 21 por ciento.

Absentismo que se ha disparado desde navidades en este colectivo y que también lo hizo el año pasado entre enero y mayo. Una cifra que es llamativa porque multiplica por 3 el porcentaje de absentismo medio de todos quienes trabajamos en Navarra.

¿Qué pasa? Pues no lo tenemos muy claro, pero desde STEILAS, el sindicato mayoritario en educación, no quieren que se estigmatice al personal.

Apunta Raúl López a una relación entre oposiciones y bajas que ya apuntó en febrero, cuando el departamento amagó con adelantar los exámenes a mayo por la falta de espacio para hacerlos.

Y sí, es un problema añadido para cualquier persona que trabaje tener que demostrar su valía en un examen cada dos o tres años hasta lograr una plaza fija que llega en ocasiones cuando pasas de los 50 años.

Pero estaría bien que todos los agentes educativos se pusieran de cuando en cuando en la piel del eslabón más débil de la cadena; los niños y las niñas, los chicos y las chicas.

Ellos y ellas son los que sufren el carrusel de idas y venidas. Los más pequeños vinculan con alguien y luego lo pierden de vista. Podemos discutir, sí, pero no es la mejor idea ponerle la pegatina al piloto, como mi amigo en su txipirón.