"Las organizaciones agrarias eran algo que nadie discutía. De hecho, hay pueblos en los que su tablón de anuncios está en la puerta de la iglesia"

Pamplona

No sé si lo has leído, pero es un libro que merece la pena.

Lo escribió en 2013 Antonio Muñoz Molina y se titula todo lo que era sólido.

Reflexiona sobre el país que teníamos antes de que el estallido de la burbuja del ladrillo rompiera muchas de las certezas que creíamos que eran sólidas, empezando por eso de que era imposible que el precio del suelo bajara. Y de ahí, las dudas que entraron sobre la solidez del estado, de los partidos políticos, de la monarquía (acuérdate del lo siento mucho no volverá a ocurrir, un rey pidiendo perdón tras irse a cazar elefantes a Botsuana con una señora que no era la reina)

Las organizaciones agrarias eran  algo que nadie discutía. De hecho, hay pueblos en los que su tablón de anuncios está en la puerta de la iglesia, para hacernos a la idea de la importancia casi teológica que tenían.

Pero el movimiento que comenzó este mes lo cuestiona todo.

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Hoy los tractores vuelven a las calles de Pamplona y el lunes quieren colapsar, Madrid. La voz del campo se alza, el problema es que quienes son sus interlocutores ante las administraciones empiezan a ver como el suelo se mueve bajo sus pies. Lo que era sólido empieza a dejar de serlo. Y eso es un problema no sólo para ellos