Miguel Évora: (Agefor): "El factor vocacional de los formadores es clave en la formación para el empleo"

Pamplona

Agefor, una empresa integrada en Laseme, volcada en la formación para el empleo desde hace doce años y con la oficina central en el edificio IWER del barrio de la Rochapea en Pamplona, es la nueva protagonista de una nueva edición de La Ventana de la Empresa navarra, la primera en este 2024. Miguel Évora es el cofundador de esta firma -Agefor-, junto a Alfonso Murugarren y Fran Berjano. "Trabajábamos de manera autónoma y vimos que no cubríamos la demanda que nos hacían las empresas. Decidimos juntarnos como empresa para dar la posibilidad de servicio a todas ellas. Durante los primeros años "nuestra principal función era trabajar para FOREM e IFES, entidades vinculadas a los sindicatos CCOO y UGT, principales referentes para la formación". En 2018 quebraron esas dos entidades y decidimos montar un centro de formación de referencia para dar todo tipo de formación. Y no solo en nuestro campo, más vinculado al sector logístico: carretillas elevadoras, puente de grúa, plataforma, gestión de almacén, certificados de profesionalidad... además ya abrimos un centro para dar otro tipo de formaciones contratando a los agentes cualificados para esa labor".

Évora cuenta que en sus inicios comenzó como peón en el trabajo de logística con 18 años y acabó como jefe de área de uno de los centros que trabaja principalmente para Volkswagen. "Eso me llevó a dar formación interna. Vi que realmente me gustaba más la formación que lo que estaba haciendo hasta entonces. Y desde 2003 me dediqué exclusivamente a este campo". Resalta la importancia del factor vocacional en este trabajo: "Si esto no es vocacional, es bastante difícil. Entendemos la formación no solo como una mera transmisión de conocimientos, sino que intentamos motivar y orientar al alumno para que encuentre después trabajo o tenga otras posibilidades".

Explica que en una parte del trabajo que realizan se encuentra en la formación subvencionada a través de varias vías, como la del Servicio Navarro de Empleo -Nafar Lansare (SNE), que gestiona la subvenciones. También el CNAI ha entrado a gestionar la formación de los certificados de profesionalidad, una formación no reglada pero que permite la obtención de un título oficial. Otra de las vías es la formación privada que se imparte a través de las empresas mediante el crédito de FUNDAE. "Nosotros podemos gestionar ese crédito para que los empleados se puedan formar o reciclar", subraya.

En cuanto a la importancia de los cursos relacionados con la logística, sigue habiendo una "demanda bastante importante" de conductores de carretillas elevadoras, tanto de hombres como de mujeres". "Antes era un trabajo más vinculado al sector masculino, explica, pero desde hace años las mujeres han entrado con éxito en este oficio". Y añade que la formación que imparten para lograr este permiso de carretillero se realiza "con la normativa más exigente, la UNE 58451 que marca unas horas mínimas de teoría y de práctica para ambos exámenes, de acuerdo también con el número de matriculados en el curso". "Ha quienes han oído que esto de la carretilla es una bicoca, pero hay que contar con la habilidad suficiente para poder manejarla".

También destaca unos cursos subvencionados por el SNE que vienen acompañados por unos contratos de alternancia . Primero se da formación por un tiempo determinado y luego el alumno va a una empresa a hacer prácticas de manera real y ese contrato lo subvenciona también el SNE. "Actualmente tenemos un curso de electricidad y domótica en Pamplona junto con otro de Química y Empresas afines. En Alsasua, ademas, imparten un curso de mecanizado y soldadura, en una comarca, la Sakana, donde hay una importante demanda de estos oficios. "Intentamos trasladar la formación fuera de Pamplona para que la gente tenga la oportunidad de poder realizarla en Tudela, Alsasua o Estella". (De ahí la integración en Laseme, asociación empresarial de la Merindad de Estella).

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Évora hace un llamamiento a los empresarios, porque los trabajadores necesitan de empresas donde hacer prácticas. "A veces las empresas son un poco reacias a admitir a estas personas porque se piensan que igual no están suficientemente formadas, pero nosotros, cuando enviamos a una persona a hacer prácticas a una empresa, garantizamos que va a responder de todo lo que va a hacer allí", recalca.