El 64% de los productos repartidos por el Banco de Alimentos de Navarra son "reciclados"

Pamplona

El Banco de Alimentos de Navarra atiende a 8.963 familias en la actualidad, lo que supone que, a lo largo del año, reparte más de 4.000 toneladas de productos. En la primera llamada del día, la presidenta de la entidad, Marisol Villar, ha detallado que "el año pasado, de las 4.000 toneladas de alimentos repartidos, 2.572 toneladas son alimentos reciclados que hemos evitado que vayan a la basura". Tirar alimentos a la basura supone un derroche tanto en litros de agua -necesaria para su cultivo- como por los gases de efecto invernadero que produce su transporte. De ahí que Villar haya aseverado que, al salvar esta cantidad de alimentos, se haya evitado el despilfarro de 974 piscinas olímpicas de agua o la reducción de la huella de carbono que supondrían 32 viajes de avión entre Madrid y Nueva York.

Esta información ha sido ampliada este miércoles en una jornada divulgativa en el que ha participado el Banco de Alimentos de Navarra (BAN). En ella han participado estudiantes de ESO y Bachillerato de varios centros educativos ubicados en Pamplona -María Inmaculada, El Molino, San Ignacio, San Cernin, Paz de Ziganda Ikastola, Hijas de Jesús y Sagrado Corazón, así como de Santa Luisa de Marillac (Barañáin), IES Ibaialde (Burlada), La Presentación (Villava) y el IES de Zizur-.

Esta jornada una de las acciones contempladas en el marco de la Semana contra el Desperdicio Alimentario de Navarra de la Agenda 2022-27 aprobada por el Gobierno foral el año pasado. De acuerdo con los datos de la Oficina para la Prevención de Residuos y la Economía Circular (OPREC), coordinada por el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, el desperdicio alimentario en los hogares navarros se redujo un 6,2% en el último año, aunque 36.525 toneladas de alimentos terminaron en la basura. De acuerdo con los datos recogidos por Eurostat en 2023, los hogares y la industria (33% respectivamente) son los sectores que más desperdician alimentos, seguidos por el sector primario -con el 20%- y el 5% de la restauración. El 9% restante corresponde a la distribución.

Además, en la SER, Marisol Villar ha aseverado que la situación de la entidad es complicada por el aumento de los precios. Por ejemplo en lo que respecta al aceite de oliva: "Estábamos dando un mes sí y un mes no el aceite, pero se está poniendo imposible. Está mal la cosa. Vamos a hacer ahora un esfuerzo grande de cara a final de año para tener un poco más de alimentos que poder dar, pero está la cosa mal, la verdad, complicada".

Es precisamente este producto el que más demandan desde la entidad. "El aceite, desde luego, y la leche. Eso es lo que más necesitamos dar y todo eso, cada mes, nos cuesta casi 40.000 euros. Es una barbaridad. Es difícil de soportar". Es una cuantía económica importante que ha coincidido en el tiempo con el descenso en las donaciones económicas: "Como cada vez los precios van subiendo y los sueldos no suben acorde, cada vez te queda menos dinero, menos margen, para poder ahorrar y ya, para poder donar, menos que menos".