"Ver, oír y callar": la historia detrás de los primeros fusilados exhumados en Cuelgamuros
Cinco navarros, cinco familias rotas, de las que conocemos su historia en La SER
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Cuelgamuros y fusilados navarros
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Pamplona
Isidro López, Jacinto Sancho, Cirilo Ruiz, Jesús Barrera y Agustín Aldama. Son cinco de los navarros fusilados que fueron trasladados sin conocimiento de los familiares al otro Valle de los Caídos, hoy Valle de Cuelgamuros. Asesinados en el 36, fueron inhumados en los caídos en el 59, hay testimonios escritos que atestiguan que se produjo ese traslado, están en el fondo documental de Emilio Ruiz, disponible en la web oroibidea, donde también se recoge toda la comunicación epistolar que intercambiaron diferentes municipios, como San Adrián, Mendavia o Milagro, para recuperar los cadáveres. Un proceso iniciado tras la muerte del dictador.
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El proceso fue más que complejo: cartas, más cartas, y más cartas entre las diferentes administraciones. Hay constancia por ejemplo de la petición al vicario general de la archidiócesis de Madrid por parte del entonces alcalde de San Adrián, José Antonio Ruiz Amatria, para exhumar a sus vecinos. "Había que romper aquello para sacar los restos".
La carta está fechada el 20 de junio de 1979, poco después de que Patrimonio nacional les confirmara que, efectivamente, los cuerpos reclamados estaban en la capilla lateral derecha de la basílica de la santa cruz del valle de Los Caídos.
También se han recuperado las facturas. Porque sí, todo el proceso fue pagado por la ciudadanía. Nos lo ha contado Fermín Arellano, que fue uno de los que viajaron a Madrid para traer a casa a sus vecinos. Hay un documento en ese fondo documental que cifra en más de 911mil pesetas el coste de trasladar los restos, 7 mil pesetas para el Valle de los Caídos, 48mil pesetas para las cajas impermeables donde debían trasladarse los restos o incluso las palas 2 mil 700 pesetas.
Finalmente, y aunque tuvieron que esperar unos meses llegó el momento. En febrero de 1980, dos autobuses y algunos coches particulares, con más de un centenar de personas, partieron hacia Madrid. "El recuerdo fue y al entrar a la iglesia nos dijeron Ver, oír y callar".
"Ver, oír y callar", mensaje que caló hondo, pero la alegría era palpable a la vuelta. "Venimos contentos de que éramos los primeros que los habíamos sacado".
La vuelta a casa de los 131 navarros fue larga. Los autobuses recorrieron los municipios donde habían sido asesinados los 131 con el objetivo de inhumarlos en los cementerios. De aquel trayecto, queda una incógnita. ¿Dónde están los restos de los 52 asesinados en Valcaldera? Salieron de los Caídos, pero se desconoce donde fueron inhumados, Fermín cree que pudo ser en San Adrián, pero en la última prospección no fueron hallados. Al menos, les queda la tranquilidad, de que descansan en su tierra, lejos del ahora llamado Valle de los Caídos.
El padre de Fermín fue fusilado en el 36, encontraron su cuerpo años después den Tudela
Fermín trajo el cuerpo del centenar de asesinados a Navarra pero entre ellos no estaba su padre, fusilado en el 36. A él, no lo recuerda, apenas tenía dos años cuando lo asesinaron, de lo que sí se acuerda es del dolor de su madre, de las palabras que pronunció un día, cuando acudió a dar el pésame a una vecina, recientemente viuda.
Tras meses de pesquisas, Fermín Logró encontrar a su padre, que había sido enterrado en Tudela. Descubrió que el destino del cuerpo de su padre era conocido desde hacía años por algunas personas, pero ninguna había querido hablar. Por eso, entiende el dolor de quienes siguen buscando a los suyos, y de quienes ahora, con las exhumaciones, podrán cerrar un capítulo.