Un médico va con sus hijos a un restaurante y al pagar la cuenta se lleva una gran sorpresa con mensaje: para llorar de la emoción

Los restaurantes, cafeterías y bares son sitios en los que podemos encontrar muchas familias disfrutando de su comida y pasando un buen rato en común. En estos lugares, si observamos lo suficiente, veremos diferentes tipos de relaciones y situaciones de lo más distintas en apenas unos metros cuadrados, dándonos cuenta al analizarlas las diferencias tan grandes entre unos y otros que están compartiendo un establecimiento casi sin darnos cuenta.

Como decimos, en los locales de hostelería van personas con sus hijos y claro, que los niños se queden quietos durante un buen rato es bastante complicado, y si se van levantando para jugar de un lado a otro se puede dificultar el servicio, es por ello que en muchos de estos sitios disponen de pequeños juegos para que los pequeños se entretengan durante su estancia, como dibujos para pintar, lápices de colores y folios o manteles laberinto para que los completen.

Es una buena iniciativa que agradecen todos, más aún los infantes, que pueden disfrutar de la comida con sus padres mientras se divierten jugando. Uno de esos establecimientos que tiene este tipo de productos para los chicos es el Mimi's Café en Texas, donde se vivió una situación de lo más entrañable en relación a lo que hemos contado, tal y como recogió Corriere della Sera.

"De papá a papá"

J. Mack Slaughter es médico en Fort North (Texas) y un día fue a comer con su esposa y sus tres hijos, parece que antes o después de su jornada laboral porque iba vestido con su bata de trabajo. Se dispuso a pasar un rato agradable con su familia y disfrutaron de una velada en la que mientras tomaban sus platos este jugó con sus pequeños a los típicos manteles en los que hay que conectar los puntos. Hasta ahí todo normal, pero la sorpresa vino cuando fue a pagar la cuenta.

La factura le llegó de mano de una camarera, que le indicó que el montante era de 85 dólares pero que ya la había pagado otra persona. Todo era desconcertante, pues no se habían dado cuenta de que conocían a alguien allí, precisamente porque quien les había invitado era un desconocido, cosa que supieron por la nota que les dejó en el recibo, una que fue de lo más emotiva e hizo que se le saltaran las lágrimas a Slaughter.

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En la primera cara había una frase que le decía "gracias por ser un gran padre", para continuar en el reverso con un mensaje especial. "De papá a papá. Gracias por ser el padre que necesitan que seas, sin importar quién esté mirando. Necesitamos más hombres como tú. Gracias por dejarnos ver tu amor por todos ellos", le dejó escrito una persona que firmó como "un médico militar retirado", según Good News. Parece ser que se fijó en el hombre al ver su bata y observó su comportamiento con los niños, lo cual le conmovió.

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"La persona que hizo esto ya se había ido y no sé quién era", recoge Corriere della Sera que comentó después J. Mack Slaughter a SWNS. Este acto que definió como "pura bondad de su parte" ha reconfortado su corazón y el doctor añadió algo muy bonito sobre lo que había pasado: "Por el trabajo que hago veo cosas terribles. Pero ese gesto me recordó que completos desconocidos pueden hacer cosas maravillosas cuando menos lo esperas. Los actos de bondad aleatorios pero poderosos nos recuerdan que hay mucho bien en el mundo más allá del mal. Y en hacernos redescubrir la confianza en las personas".