Si tienes esta moneda en el cajón métela en el florero: el truco para que tu ramo de flores se mantenga como el primer día
Con este sencilla solución, expertos aseguran que la vida de tus flores se alargará

Flores en un jarrón / Daniela Duncan

Uno de los obsequios más románticos y bonitos suele ser un ramo de flores. Hemos visto muchos de ellos recientemente, cuando en San Valentín fueron llevándose de un lado para otro a modo de regalo entre las parejas. Pero no solo se suele hacer en esa fecha, sino que es muy recurrente en nacimientos, bodas, logros académicos, deportivos y todo tipo de celebraciones, y es que encierran ciertos valores intrínsecos.
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Además de ser elementos decorativos, las flores causan un impacto emocional bastante grande, llenando las estancias donde las colocamos de un cierto grado de alegría y relajación, parece que son capaces de iluminar con su sola presencia. Sin embargo, su durabilidad es bastante corta, son muy efímeras y terminan por estropearse en pocos días. Esa es la parte negativa, con una explicación muy simple.
Al cortarlas no tienen acceso a todos los nutrientes que deben de adquirir del suelo cuando están aún en la planta, por lo que no tienen sustento, además, la forma en que se hidratan sin tener a su disposición las raíces también influye en que el marchitamiento se acelere y terminen por morir definitivamente en poco tiempo. Y es que con solo ponerlas en agua no garantizamos su supervivencia. En la web Stirile Pro TV apuntan las principales causas que aceleran este proceso:
- Deshidratación. Las flores cortadas no tienen acceso al sistema que les proporciona nutrientes y agua.
- Bacterias y hongos. El agua del florero se contamina rápidamente con microorganismos que pueden bloquear los tallos y retardar la absorción de agua, acelerando la degradación.
- Desequilibrio del pH. El agua con un pH inadecuado puede dificultar la hidratación de las flores.
- Falta de nutrientes. Sin contar con raíces ya no pueden alimentarse de forma natural.

Una moneda para las flores
En este mismo medio se hacen eco algunas recomendaciones como las que apuntan en Sourthen Living para retardar el deterioro natural de las flores y mantener todo su potencial durante más tiempo, y todo esto con ciertos elementos de lo más cotidianos y accesibles para cualquier persona. Además de los alimentos florales comerciales que tenemos disponibles en cualquier tienda especializada e incluso supermercados, podemos utilizar algo tan sencillo como un par de cucharadas de azúcar y vinagre blanco en agua tibia. Esto les proporciona energía adicional y una barrera contra los microorganismos.
También se puede usar un poco de cloro, un cuarto de cucharada concretamente, que tiene un fuerte efecto antibacteriano, aunque hay que tener cuidado con las cantidades, así como se puede añadir al florero una aspirina triturada y disuelta en agua, lo que ayudará a reducir el pH del agua e inhibir parcialmente el crecimiento de bacterias. Pero, sin duda, la medida más sorprendente que relatan es la que tiene como protagonista una moneda. Sí, afirman que añadiéndola retrasarás el marchitamiento.
Lo más importante es asegurarse de que la moneda sea completamente de cobre, pues es este material el que ayuda a las flores y hay muchas de las modernas que simplemente tienen una capa exterior muy fina, como los céntimos de euro, pero los centavos estadounidenses antiguos sí lo son enteramente. Si la metes en el fondo del jarrón, debajo del agua, conseguirás un gran efecto fungicida y antibacteriano. Además, para multiplicar sus propiedades, recomiendan agregar un poco de ácido suave, como el del jugo del limón, pues este facilita la liberación de iones de cobre en el agua, que son los que inhiben el crecimiento de hongos y bacterias.