La flor que da olor y color a tu jardín en primavera sólo necesita un ingrediente común en la cocina para una explosión de crecimiento
Con un simple elemento conseguirás grandes beneficios para tus plantas

Flores de lavanda / Mariia Demchenko

La primavera está a la vuelta de la esquina y nos preparamos, además de para la alergia de aquellos que la padecen con más intensidad en esta época, a paisajes coloridos, verdes y llenos de flores que hacen las maravillas de todos los que podemos presenciarlas con asiduidad. Sin olvidarnos del buen tiempo que viene arraigado a esta estación del año que tan esperada suele ser por una gran mayoría de gente.
Y es que las flores le gustan a casi todo el mundo, no solo para verlas en el campo o entornos rurales, sino también para que decoren nuestros hogares, terrazas, balcones y jardines, por lo que solemos tener plantas a las que cuidamos de la mejor manera hasta que llegan a florecer. Las hay de muchísimos tipos, pero unas cuantas son las reinas; las más elegidas para estar en macetas y jarrones. Entre ellas destaca la lavanda.
Además de por el aceite esencial que se puede extraer de ella y tan utilizado es en perfumes, cremas y cosméticos, su color morado y su buen olor también hacen las delicias de sus seguidores. Pero, como todo, tiene que llevarse a cabo un mantenimiento concreto para que crezcan grandes y fuertes, algo de lo que sabe muy bien Jean, jardinera y creadora del blog Green Jean. Es más, dio con un truco muy eficaz por lo que consideró un error que había cometido.
Un elemento común para la lavanda
Ella hizo una mezcla de tierra y la añadió, pero después se dio cuenta que accidentalmente había añadido un ingrediente que no debía estar ahí. "Tenía algo de esa vieja mezcla arenosa, pero también muchas cáscaras de huevo mezcladas y no me molesté en quitar la arena al trasplantarla", recoge el medio Express. Se llevó una sorpresa de cómo esos restos habían hecho de fertilizante natural dotándola de más fuerza y que la lavanda se presentara "mucho más grande y saludable".

Cáscaras de huevo / Photour1904

Cáscaras de huevo / Photour1904
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Estas plantas crecen mejor en suelos neutros a ligeramente alcalinos, por lo que se beneficiarán de las cáscaras de huevo, que pueden ayudar a reducir la acidez del terreno, y con su alto contenido en calcio las fortalecerá y mejorará el drenaje de la tierra para evitar que la lavanda quede encharcada. Jean asegura que su "aditivo favorito para aligerar el suelo es simplemente cáscaras de huevo secas y trituradas. Me gusta usar perlita, pero es muy polvorienta y, por supuesto, hay que comprarla", así que se decanta por este remedio natural.
"La única desventaja de usar cáscaras de huevo es que debes ser paciente y ahorrar muchas (¡o comer muchos huevos!), pero no trasplanto tan a menudo, así que generalmente tengo lo suficiente", asegurando que el tratamiento no es nada complicado. "Si vas a usarlas, asegúrate de enjuagarlas primero y secarlas bien (un día o dos) antes de triturarlas. Las membranas pegajosas y la yema que quedan dentro de la cáscara harán que se aglomere y tenga olor", advierte. Pero eso no es todo lo que hay que hacer.
Cuando ya tengas suficientes y estén bien limpias y secas, se deben colocar en una bandeja para hornear y se cocinan en el horno a 200°C durante 10 o 15 minutos, para después machacarlas con un rodillo y hacer trozos muy pequeños, lo cual ayudará a que se descompongan más rápido y que la lavanda absorba los nutrientes de mejor manera, así como a disuadir muchas plagas. Solamente necesitarás aplicar una o dos cucharadas por planta, teniendo que repetir este proceso un par de veces al año, una vez en primavera y otra en verano.

Los campos de lavanda, motor del cambio
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