Los expertos aclaran el eterno debate sobre el grifo del agua de las lavadoras y lavavajillas
Dejar la llave abierta puede aumentar el riesgo de fugas y daños por agua
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Una lavadora. / Hector Roqueta Rivero
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Cerrar la llave de agua de la lavadora después de cada uso es una práctica que muchos desconocen, pero que puede prevenir daños significativos en el hogar. Según los expertos, dejar la llave abierta puede aumentar el riesgo de fugas y daños por agua.
Dejar la llave de agua abierta mantiene el tubo de entrada de agua bajo presión constante. Con el tiempo, esta presión puede debilitar el tubo o sus conexiones, lo que podría resultar en fugas de agua. En el peor de los casos, estas fugas pueden causar daños significativos en el hogar, especialmente si no se detectan a tiempo.
Los expertos recomiendan cerrar siempre la llave de agua de la lavadora después de cada uso para evitar estos riesgos. Niina Silander, especialista en economía doméstica de Marttaliitto, sugiere que esta práctica se convierta en una rutina para todos los usuarios de lavadoras. Además, aconseja revisar regularmente las mangueras de entrada de agua para asegurarse de que estén en buen estado.
Para aquellos que encuentran difícil recordar cerrar la llave, Silander recomienda hacerlo inmediatamente después de que la lavadora termine su ciclo. De esta manera, se convierte en parte del proceso de uso de la lavadora, al igual que vaciar el tambor o limpiar el filtro.
Ahorrar agua en el lavavajillas y la lavadora
El uso eficiente del lavavajillas comienza con la elección del programa adecuado. Los programas ecológicos o de baja temperatura están diseñados para consumir menos agua y energía. Además, es fundamental cargar el lavavajillas completamente antes de ponerlo en marcha. Esto no solo maximiza el uso del agua, sino que también asegura que se lave la mayor cantidad de platos posible en un solo ciclo. Colocar correctamente los platos, vasos y cubiertos siguiendo las instrucciones del fabricante también contribuye a un lavado más eficiente y evita la necesidad de ciclos adicionales.
Por otro lado, la lavadora también ofrece oportunidades para ahorrar agua. Al igual que con el lavavajillas, es importante seleccionar el programa adecuado para cada carga. Los programas de lavado en frío o de baja temperatura no solo ahorran agua, sino que también son más suaves con la ropa, prolongando su vida útil. Además, es recomendable esperar hasta tener una carga completa antes de lavar, ya que esto reduce el número de ciclos necesarios y, por ende, el consumo total de agua.