Un neurólogo lanza un serio aviso a los que sufren de pérdida de memoria: el problema está en el consumo de agua
Mantener una memoria fuerte y ágil es fundamental para enfrentar la rutina
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Dos hombres mayores viendo fotos que le enseña una mujer. / David Ramos
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Mantener una memoria fuerte y ágil es fundamental para enfrentar la rutina diaria y preservar una calidad de vida a medida que envejecemos. En este contexto, el neurólogo Alejandro Andersson, director del Instituto de Neurología de Buenos Aires, ha destacado la importancia de un hábito sencillo pero crucial para prevenir la pérdida de memoria: la hidratación adecuada.
Según Andersson, la deshidratación puede ser una causa directa de las leves pérdidas de memoria que experimentamos en el día a día. En una entrevista con el periódico británico Daily Express, el neurólogo explicó que el agua es esencial para el correcto funcionamiento del cerebro y, en consecuencia, para la preservación de la memoria y otras funciones cognitivas esenciales. "Es una necesidad básica", afirmó Andersson, subrayando que "muchos subestiman su impacto".
El agua representa aproximadamente el 75% del peso del cerebro y participa en procesos neuroquímicos y bioeléctricos indispensables para la transmisión de señales entre neuronas. Cuando el cuerpo no recibe una cantidad suficiente de líquidos, se producen desequilibrios que pueden afectar la capacidad de concentración, la velocidad de procesamiento de la información y, a largo plazo, la memoria. La deshidratación, incluso en niveles leves, puede provocar una reducción del volumen sanguíneo, lo que limita la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan al cerebro. Esta disminución afecta la comunicación neuronal y dificulta la sinapsis, un proceso crucial para la formación y recuperación de recuerdos.
Además, la falta de agua altera la producción de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina, lo que puede generar fatiga mental, falta de atención y dificultades para consolidar nueva información. Una de las regiones más sensibles a la deshidratación es el hipocampo, la estructura cerebral relacionada con los procesos de aprendizaje y memoria. Andersson enfatiza que mantener una hidratación adecuada es esencial para preservar estas funciones cognitivas.
El Observatorio de Hidratación y Salud (OHS) ha realizado estudios que revelan que el 60% de las mujeres en España bebe menos de dos litros de líquido al día, una cantidad insuficiente para estar bien hidratadas. Como término medio, las mujeres necesitan 2,7 litros al día, de los cuales 2,2 deben proceder de bebidas. Este déficit hídrico puede tener consecuencias negativas para la salud cognitiva.
Para evitar la deshidratación, Andersson recomienda beber agua regularmente a lo largo del día y aumentar la ingesta de líquidos en situaciones que lo requieran, como durante el ejercicio físico o en climas calurosos. También sugiere consumir alimentos ricos en agua, como frutas y verduras, que contribuyen a mantener el equilibrio hídrico del cuerpo.