Medida desesperada con humanos de cartón para devolver la felicidad a un gigantesco pez de acuario
El estado de salud de la criatura se resintió por un motivo inesperado
![](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZS562D47K5DJTLHYEKKI3W673Q.jpg?auth=379f259c6e7caff3ebc5a64c583114ba37764ca1cb6ce15ae575cc78341bff5c&quality=70&width=650&height=487&smart=true)
Acuario / Horacio Villalobos
![Acuario](https://cadenaser.com/resizer/v2/ZS562D47K5DJTLHYEKKI3W673Q.jpg?auth=379f259c6e7caff3ebc5a64c583114ba37764ca1cb6ce15ae575cc78341bff5c)
Donde están mejor los animales es en su hábitat natural. Ahí pueden crecer sin ataduras, desarrollarse y ser ellos mismos con las características propias de cada especie, aunque esto tiene la peligrosidad propia de vivir en la naturaleza. En ella puedes ser depredador o presa, casi a partes iguales, ya que sobreviven los más fuertes, astutos y sanos. Ninguno está libre de la incertidumbre de si verá el día siguiente.
Más información
Sin embargo, los humanos hemos incidido directamente en esta regla, pues se han construido entornos artificiales en los que se colocan todo tipo de animales, por unas razones u otras. La realidad es que a veces hay un componente de entretenimiento para que las personas vayan a ver criaturas que normalmente sería difícil observar, o hasta peligroso. Es el caso de los acuarios, donde podemos ver todo tipo de criaturas a través de un cristal.
Todos los seres que viven en este mundo se terminan por adaptar a lo que les toca vivir. Si no que se lo digan al pez luna que se encuentra en el acuario Kaikyokan en Shimonoseki (Japón), que vio cómo un cambio en las rutinas del lugar le afectaron, y no porque ahora se intervenga directamente sobre él, sino que una situación puntual le ha llevado a tener un vuelco a sus emociones. Al menos así lo explicaron los que conviven con él.
Problema y solución
El pasado mes de diciembre, el acuario cerró para hacer una serie de reformas y renovaciones, algo totalmente normal, pero el pez luna que vive allí empezó a tener un comportamiento extraño. Al parecer, dejó de comer medusas y comenzó a frotarse contra el tanque, algo totalmente inusual en un animal de 80 centímetros de largo y casi 30 kilogramos de peso. Se pusieron a buscar cuál podía ser el problema.
Una vez que descartaron que tuviera parásitos o problemas digestivos, uno de los trabajadores sugirió la posibilidad de que todo se debiera a la soledad. Según recoge BBC, un miembro del personal de Kaikyokan llamado Mai Kato contó a Mainichi Shimbun que el pez tenía una personalidad "curiosa", ya que no solo no sentía reticencias hacia las personas, sino que "nadaba hacia los visitantes cuando se acercaban al tanque". Esto hizo que empezaran a pensar que lo que le pasaba es que echaba de menos las visitas.
Sí, llegaron a la conclusión de que estaba un poco deprimido por la falta de gente, así que se inventaron un remedio. Hasta que abrieran, convinieron en poner frente a los cristales algo así como unos maniquíes de cartón vestidos con uniformes y fotos de gente en las cabezas simulando a los humanos. Y parece que funcionó. El acuario informaba a los pocos días en su cuenta oficial en X (antiguo Twitter) que estaba bien de salud nuevamente.
Y es que después de ese "último recurso", el pez "se sintió mejor" inmediatamente, notando mejoría al día siguiente, "moviendo sus aletas" en el tanque y comiendo mejor, según informaron los propios cuidadores. Muchas personas reaccionaron a esta historia subiendo fotos que se hicieron las veces que fueron allí con este ejemplar raro en acuarios, porque aunque es muy popular en Japón y en cautiverio se estima que pueden vivir unos 10 años, estos requieren un mantenimiento y cuidados muy exhaustivos. Bueno, ese dato parece que ha quedado claro con esta historia.