El truco definitivo para refrescar tu casa sin aire acondicionado ni ventilador: solo necesitas botellas de plástico

Con la llegada de las altas temperaturas, mantener la casa fresca se convierte en una prioridad para muchos. Sin embargo, no todos tienen acceso a un ventilador o aire acondicionado, ya sea por razones económicas, de sostenibilidad o simplemente porque no disponen de estos dispositivos. Afortunadamente, existen métodos sencillos y económicos para mantener el hogar fresco sin necesidad de recurrir a aparatos eléctricos. Uno de estos métodos, que ha ganado popularidad recientemente, es el uso de botellas de plástico congeladas.

Este truco consiste en utilizar botellas de plástico llenas de agua y congeladas para enfriar el aire que entra en la casa. La idea es simple pero efectiva: el aire caliente del exterior pasa por las botellas frías, enfriándose antes de ingresar al hogar. Para implementar este método, solo se necesitan botellas de plástico vacías, agua y un congelador.

Pasos para aplicar el truco

1. Llenar las botellas: Tomar varias botellas de plástico vacías y llenarlas con agua, dejando un poco de espacio en la parte superior para que el agua pueda expandirse al congelarse.
2. Congelar las botellas: Colocar las botellas en el congelador y dejarlas hasta que el agua esté completamente congelada. Este proceso puede tardar entre 4 y 6 horas, dependiendo del tamaño de las botellas.
3. Ubicarlas estratégicamente: Una vez congeladas, colocar las botellas en la parte inferior de las ventanas que reciben sol o cerca de las aberturas por donde entra el aire. De esta manera, el aire caliente que entra desde el exterior se enfría al pasar por las botellas de agua congelada.

Otros métodos complementarios

Además del truco de las botellas de plástico congeladas, existen otros métodos que pueden ayudar a mantener la casa fresca sin necesidad de ventiladores o aire acondicionado:

• Bajar las persianas y correr las cortinas: Mantener las persianas y cortinas cerradas durante las horas más calurosas del día ayuda a evitar que el calor entre en la casa.
• Cerrar las ventanas a mediodía: Abrir las ventanas en las primeras horas de la mañana y por la noche para ventilar el interior, y cerrarlas durante el mediodía para evitar que el calor se acumule.
• Utilizar textiles ligeros: Cambiar los textiles gruesos por telas más livianas y transpirables, como el lino, y optar por colores claros que retienen menos el calor