Un psicólogo experimenta al criar a su hijo con monos y el desenlace acaba en tragedia: "No es bueno ni para humanos ni para animales"
Este experimento se llevó a cabo en la década de 1930
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En la década de 1930, un experimento llevado a cabo por el psicólogo Winthrop Niles Kellogg y su esposa Luella, en el que criaron a su hijo junto a un chimpancé, terminó en tragedia. Este estudio, que buscaba explorar la influencia del entorno en el comportamiento temprano, reveló resultados perturbadores y tuvo consecuencias devastadoras tanto para el niño como para el animal.
El 26 de junio de 1931, los Kellogg introdujeron a Gua, un chimpancé de diez meses, en su hogar para ser criado junto a su hijo Donald, que tenía siete meses en ese momento. La intención era observar cómo el entorno humano afectaría el desarrollo del chimpancé y si este podría adquirir comportamientos humanos. Sin embargo, el experimento tuvo efectos inesperados y preocupantes.
A medida que avanzaba el estudio, Donald comenzó a exhibir comportamientos más propios de un chimpancé que de un ser humano. Empezó a gruñir, morder y gatear como su "hermano" simio. Estos cambios alarmaron a los Kellogg, quienes decidieron poner fin al experimento después de solo nueve meses. A pesar de la corta duración del estudio, los efectos en Donald fueron significativos y duraderos.
El experimento también tuvo un impacto negativo en Gua. Aunque inicialmente mostró avances físicos, su desarrollo intelectual quedó rezagado en comparación con el de Donald una vez que este comenzó a hablar. Tras la finalización del estudio, Gua no vivió mucho tiempo y murió poco después, lo que subraya las consecuencias éticas y morales de tales experimentos en animales.
Winthrop Niles Kellogg documentó los resultados de su estudio en el libro "The Ape and the Child: A Study of Environmental Influence Upon Early Behavior". En él, describió los métodos y observaciones del experimento, así como las conclusiones que sacó de la interacción entre Donald y Gua. Sin embargo, la publicación del libro no pudo mitigar las críticas y preocupaciones éticas que surgieron en torno a su trabajo.
Este experimento es un ejemplo de cómo la búsqueda del conocimiento científico puede llevar a prácticas cuestionables y potencialmente dañinas. La historia de Donald y Gua ha sido objeto de numerosos debates sobre la ética en la investigación psicológica y el bienestar animal. Muchos expertos coinciden en que los métodos utilizados en este estudio serían inaceptables según los estándares actuales de ética en la investigación.
A lo largo de los años, la comunidad científica ha aprendido de estos errores y ha desarrollado pautas más estrictas para garantizar el bienestar de los sujetos de investigación, tanto humanos como animales. La historia de Donald y Gua sirve como un recordatorio de la importancia de considerar las implicaciones éticas de los experimentos y de proteger a los individuos involucrados de posibles daños.