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La discriminación por edad llega a los concesionarios: una jubilada de 82 años se queda sin coche nuevo

Una desagradable situación que ha sorprendido a una mujer mayor

Mujer mayor conduciendo / dszc

Mujer mayor conduciendo

Estamos en una época en la que las directrices políticas nos enmarcan en un punto de inflexión en cuanto al mundo del automóvil en Europa. En el Parlamento Europeo se aprobó el veto a la venta de vehículos de combustión con el objetivo de reducir las emisiones, aunque esto no pasará definitivamente hasta la próxima década. Igualmente, en el futuro reciente se irán implementando más medidas como impuestos especiales a combustibles.

Ante esto, se fomenta la adquisición de coches eléctricos como alternativa más respetuosa para el medioambiente. Sin embargo, aún hay quien tiene dudas sobre este tipo de automóviles y se comparan con los clásicos de diésel y gasolina en cuanto a rendimiento, fiabilidad e impacto económico, aunque la realidad es que cada vez vemos más circulando por nuestras vías.

En la actualidad es difícil ver a personas que no tengan permiso e conducir ni coche propio, por lo que las probabilidades de ver eléctricos se multiplican con todo este contexto. Y es que, como decimos, el amor por la conducción está integrada en mucha gente, dando igual la edad que tengan. Bueno, al menos eso es sobre el papel, porque a veces se coarta esa libertad solamente por haber celebrado muchos cumpleaños, si no que se lo pregunten a Monica Ulfhielm.

Coche eléctrico

Coche eléctrico / Alexander Spatari

Coche eléctrico

Coche eléctrico / Alexander Spatari

Sin coche nuevo por su edad

Esta mujer jubilada de origen sueco es una buena conductora y llevaba ya cinco años con su coche eléctrico, por lo que se decidió a cambiarlo por uno nuevo. Para ello fua a un concesionario local, donde le ofrecieron un utilitario y llegaron a un acuerdo a través de un arrendamiento privado como método de compra. Todo parecía correcto, pero el lío vino cuando, a pesar de firmar el contrato con el vendedor, no pudo llevar a cabo la adquisición por tener 82 años.

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La empresa de leasing Arval le mandó un correo electrónico que rezaba lo siguiente: "Hola, tengo una triste noticia. Lamentablemente, nuestro límite máximo de edad para alquilar coches es de 73 años. Por lo tanto, no podemos continuar con el proceso. Para avanzar en el proceso necesitaríamos un co-solicitante". Según la propia Ulfhielm, en declaraciones para Senioren, esto sorprendió hasta al concesionario, que le dijo que "nunca habían oído hablar de una norma así".

Ante tal situación, la señora denunció a Arval ante el Defensor del Pueblo sueco contra la Discriminación, porque aunque entiende que una entidad financiera tiene que cerciorarse de la apuesta, esta "debe evaluar mis finanzas antes de poder firmar un contrato de arrendamiento. Pero en este caso no se evaluó mi situación financiera individual, sólo mi edad. Y eso es inaceptable", comenta. Ante todo ello, Jennie Casselborg, gerente de comunicaciones para las operaciones nórdicas de la empresa, justificó lo sucedido diciendo que, aunque no pueden proporcionar datos individuales, todo se debe a una "falta de comunicación" por parte de "una persona recién contratada".

Aunque el caso parece claro de edadismo, la empresa no ha sido investigada por el Defensor del Pueblo contra la Discriminación, ante la incredulidad de Monica. "Todavía no entiendo por qué. Al mismo tiempo, dicen que quieren más informes sobre discriminación por edad. Pero no lo parece", mientras que el organismo, a través de su jefa del departamento jurídico, Karin Ahlstrand Oxhamre, dijo que "tenemos que hacer una selección a la hora de decidir si iniciamos o no la supervisión, pero es importante informar siempre. Un informe es siempre el primer paso para que se pueda realizar una investigación".

 
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