Hay una razón científica por la que en Europa colocan los radiadores en este lugar: los españoles deberían copiarlo
Con el frío que estamos pasando, es bueno conocer todos los trucos posibles contra el frío
Estamos en pleno temporal en muchas zonas de la geografía española, padeciendo fuertes vientos, lluvias y bajas temperaturas. Esto invita a que nos quedemos en casa el máximo tiempo que sea posible y que nuestros quehaceres diarios nos dejen, buscando el mayor calor hogareño que podamos, pero sin olvidarnos de que la mayoría de los medios que usamos cuestan dinero.
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Sí, ya sea con aires acondicionados, braseros, estufas o radiadores, tendremos un gasto extra en nuestra factura de la luz por ser todos ellos aparatos eléctricos que en esta época están a pleno rendimiento con el fin de esquivar el frío. Es el precio a pagar, nunca mejor dicho, pero hay maneras de ahorrar en este sentido buscando una mejor eficiencia de los utensilios que usemos.
Es el caso de los radiadores, tan extendidos en todo el continente europeo en estas fechas, que pueden tener una utilización mucho más óptima según en el sitio donde los coloquemos. Sí, simplemente eligiendo bien dónde los instalamos ya podremos garantizarnos un mejor rendimiento y, por ende, rebajar unos euros a nuestros recibos de electricidad.
La clave está en el lugar
Aunque en España no suele estar tan extendido, en muchos países de Europa es habitual ver que los radiadores están colocados debajo de las ventanas. Podría pensarse que no tiene sentido por el frío que pudiera entrar por ellas, aunque estén cerradas, pero lo cierto es que hay una razón física que dice totalmente lo contrario. Ponerlos ahí mejora su capacidad de calentamiento.
Gracias al doble o triple acristalamiento, el aire helado no suele entrar demasiado en nuestras casas, aunque en la parte de los ventanales siempre notamos un poco más de frío. No pasa nada, esto nos ayudará con estos aparatos gracias a la termodinámica. El aire caliente que desprende tiende a ir hacia arriba, mientras que el helado que entra de fuera baja, de forma que lo que viene de la ventana empuja hacia abajo al que desprende el calentador y ayuda a una mejor circulación por las habitaciones.
Sencillo, ¿verdad? Pero no es la única razón que se añade a la palabra eficiencia, sino que entra en juego la decoración. Rara vez hay muebles en los ventanales, siendo zonas que se dejan vacías para poder asomarse de pie para ver el exterior, por lo que es un buen lugar para poner el radiador, que no ocupa demasiado espacio y quedará fuera de la vista genera, notándose menos que en cualquier otro punto de la casa. Un punto más a favor para subirnos a esta ola europea en cuanto a calefacción.