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Una pareja ganadora de la lotería se ve obligada a esperar para cobrar el premio y deciden guardar el boleto premiado en un inusual lugar

Ante el miedo de perder el billete, decidieron esconderlo hasta poder cobrar la recompensa

Lotería / AdrianHancu

Lotería

La ilusión de una gran cantidad de personas es que les toque la lotería. Muchas veces no es por vanidad, ostentación o por añorar una vida lujosa, sino para poder desahogarse de las deudas y poder vivir con más tranquilidad en un mundo regido por la economía que te aplasta si no eres capaz de ingresar lo suficiente para hacer frente a los gastos mínimos para sobrevivir.

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Quien más y quien menos ha jugado alguna vez en algún sorteo con la esperanza de que la diosa fortuna le sonría, y aunque las probabilidades normalmente son bajas, lo cierto es que casi todas las semanas hay algún acertante en los diferentes juegos que hay en prácticamente todos los países. Para mucha gente es una rutina, a veces una tradición que va heredándose de padres a hijos.

Los números que se eligen pueden ser aleatorios, pero otras personas juegan los mismos semana tras semana y cuando esto comienza a hacerse da cierto respeto cambiarlos por el miedo de tener la mala suerte de que, para una vez que no los seleccionas, salgan premiados. Eso fue precisamente fue lo que le pasó a una pareja francesa con el boleto que compraban cada semana.

Ganadores y previsores

Ouest France se hizo eco de la historia de una pareja de Ploudalmézeau (Finisterre), que hace poco más de un año ganó un premio de 125.503 euros en la lotería francesa organizada por Française des Jeux. Los afortunados habían jugado los mismos números durante cinco años y su insistencia tuvo la recompensa de llevarse un buen pellizco que les venía francamente bien. Eso sí, para cobrar tenían que esperar.

Al haberse realizado el sorteo algo tarde, no pudieron ir a por el dinero ganado inmediatamente, por lo que empezó a rondarles por la mente la posible desgracia de que pudieran perder el boleto. Ya sabemos que sin él o un documento que pueda demostrar que es real no se puede acceder al montante adjudicado, por lo que decidieron ponerlo a buen recaudo... aunque el lugar que eligieron fue algo peculiar.

Tras darle varias vueltas, el billete terminó escondido en una olla a presión. Sí, no parece que sea un sitio ideal, pues cualquier despiste a la hora de hacer la comida puede conllevar una buena jugarreta, pero sí que ante cualquier intento de robo es un sitio poco usual para mirar. No tuvieron problemas, así que después pudieron cobrar un premio que, tal como aseguraron a Ouest France, invertirían en "renovar nuestra casa, rehacer el jardín y, lo más importante, hacer viajes para crear recuerdos inolvidables".

 
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