Del aumento del agua embalsada a la mejora de la calidad del aire: la parte positiva del tren de borrascas
Las reservas hídricas para consumo llegan casi al 61% y más de 200 municipios catalanes vuelven a la normalidad tras levantarse las restricciones

Del aumento de la capacidad de los embalses a la mejora de la calidad del aire: la parte positiva del tren de borrascas
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El agua embalsada total para uso humano y agrícola llega casi al 61%, son 4 puntos más que hace una semana y 8 por encima de la media de la última década. Según los últimos datos del MITECO, la acumulación de lluvias se nota en casi todas las cuencas hidrográficas.
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Las del Duero y del Ebro están casi al 90% de su capacidad. Y algunas de las que más adolecían de escasez de reservas hídricas se están recuperando gracias al tren de borrascas. Es el caso de las Cuencas Mediterráneas, que están en estos momentos al 44,63% de su capacidad, y de las Cuencas Internas de Cataluña que llegan al 47,4%. De hecho, el Govern ha levantado la emergencia por sequía un año después. "Esto ha hecho que más de 200 municipios entren en la normalidad y sean 54 los que estén en alerta. En estos dos escenarios no se contemplan restricciones del uso del agua", cuenta Xavi Durán, portavoz de la Agencia Catalana del Agua. No obstante, matiza que "esto no quiere decir que la sequía haya desaparecido" y apela a un consumo responsable. Barcelona y su área metropolitana sí mantienen todavía las restricciones.
Mejor calidad del aire
Los beneficios no son tan solo en lo que respecta a los embalses, ya que la calidad del aire también mejora gracias a la lluvia. "Para partículas de gran tamaño, las precipitaciones moderadas producen una reducción de concentración de partículas de un 10%. En caso de ser más intensas y duraderas el efecto puede ser de hasta el 30%", argumenta Javier Sánchez, científico del Centro Nacional de Salud Ambiental. Añade que se produce la denominada "deposición húmeda", el proceso por el que la lluvia transfiere de la atmósfera a la superficie terrestre sustancias químicas como partículas o gases contaminantes: "Cada gota que cae los disuelve cuando topa con ellos en su camino".
Javier Sánchez destaca que "este mecanismo de lavado" es más eficiente cuanto mayor es el tamaño de la partícula de polvo, hollín o de metales: "Se ha demostrado que la mayor eficacia se alcanza cuando tienen un diámetro superior a las 2,5 micras de diámetro".
Doñana y Las Tablas de Daimiel
El tren de borrascas también está beneficiando a enclaves naturales muy afectados por la sequía y la esquilmación de sus recursos hídricos. El Parque Nacional de Doñana ya con un área inundada de 16.000 hectáreas. "Hay algunas lagunas que han recuperado la inundación, se ha frenado la mortalidad que estaba sufriendo la vegetación y hay buenas expectativas para la reproducción de las aves", cuenta Eloy Revilla, el director de la Estación Biológica de Doñana. Especifica que sobre la recuperación del acuífero aún no "hay evidencias".
Por otro lado, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel recibe aporte hídrico a través de pozos de emergencia desde diciembre del año pasado. "Tenemos constancia de que el río Gigüela está empezando a llevar agua al enclave gracias a las lluvias. Pero no mejora la situación del parque", explica Rafael Ubaldo, geógrafo y miembro del patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel. Asegura que lo más necesario "es que mejore la reserva de aguas subterráneas y controlar el consumo de los recursos del entorno".