Jorge Dioni López: "La promesa de correrte en dos minutos me parece una derrota política y cultural"

Madrid

¿Se han fijado en que, en el porno, cada vez hay menos trama? Ya no hay narración, ahora casi todo es un cúmulo de escenas sexuales independientes. ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué dice de nuestra sociedad, por ejemplo, que el porno se esté endureciendo, que progresivamente sea más bestia cada vez? ¿Y que las carreras de las actrices mujeres duren más cada vez? ¿Es legítimo sentir placer con porno que recrea prácticas que juzgaríamos absolutamente en nuestra vida real? Son algunas de las preguntas que responde Jorge Dioni López en su último ensayo 'Pornocracia' (editorial Arpa).

Jorge Dioni López ha pasado de escribir sobre urbanismo, en ensayos como 'La España de las piscinas' o 'El malestar de las ciudades' para lanzarse de lleno a la disección del deseo y la industria del porno. El ensayista está convencido de que la parapsicología y el porno hablan de una sociedad, porque explican en qué creemos y qué nos excita. "El tipo de porno que consumimos dice mucho de nuestra sociedad", concluye el autor.

El sector del porno

Uno de los cambios fundamentales en las últimas décadas está en cómo ciertos contenidos llegan a más personas que antes. "El porno hardcore ya no está en los márgenes", pero no se debe a que el "porno se haya endurecido". Explica el autor que "hace 20 o 30 años ya se veían auténticas brutalidades en el porno", pero estaban en los márgenes. Eso ya no es posible porque "ahora ya no hay un mainstream, porque todo es un gran flujo de contenido". Siempre ha habido terraplanistas o negacionistas de las vacunas, pero ahora es cuando personas con esa visión del mundo puede acabar siendo ministros de sanidad.

"Siempre ha sido un sistema muy precario. Hace 20 o 30 años, una actriz que llegara a un gran éxito podía tener un contrato fijo durante años y grabar dos o tres películas al mes. Ahora, vas por obra y servicio", explica el autor de 'Pornocracia'. El sector ha cambiado tanto que hoy una actriz va a rodar a Budapest, entra en un piso y graba dos o tres escenas. Con suerte, le han explicado con antelación en qué consiste la historia. "Budapest y Praga se convirtieron en la meca del porno porque allí había cierta permisividad después de la caída de la Unión Soviética. "La pornografía, como sexualización femenina siempre es transgresión. Es la modernidad, sin que los tíos perdamos nuestro lugar importante en le mundo".

El 'no' de la mujer

Hace treinta años el foco estaba en la mujer, en la actriz. Antes éramos tíos que contemplábamos a actrices .Ahora mismo somos hombres que contemplamos a otros hombres. Nos proyectamos en el actor". El porno es, hoy en día, "una conversación entre hombres". Parte del atractivo de muchas películas es cómo romper la barrera del no de la mujer. Jorge Dioni López sostiene que una explicación puede ser que los hombres ya no dominan en exclusiva los bares, los gimnasios o los campos de fútbol. Ahora, ya hay mujeres en esos espacios y los hombres han encontrado en el porno un lugar donde seguir poniendo ellos las normas.

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Esta impresión se basa en estudios que confirman esta tendencia. Según un estudio de la Universidad de Valencia, "el 80% de las escenas más vistas tienen algún tipo de agresión", como "coger del pelo, azotar o cosas más bestias". Una de las prácticas que más ha cambiado es la popularización del sexo en grupo o el sexo oral. Antes, la mujer tenía un papel más activo. Ahora, se opta por la "irrumación", en la que el hombre realiza los movimientos, controla el ritmo y el alcance de la penetración en la boca de la mujer, sujetándole la cabeza. En algunos casos, la mujer tiene arcadas o acaba lagrimeando. Jorge Dioni López le pasó el libro a sus amigas antes de que se publicara, una de ellas le dijo que ahora entendía lo de "las fotopollas", porque la socialización de hombres y mujeres en el sexo es cada vez más divergente. Como prueba, el hecho de que en las escenas de sexo en grupo los hombres no interactúan entre sí. Quizás se chocan las manos o se dan permiso. Sin embargo, las mujeres sí tienen una interacción sexual. Además, según las estadísticas, el porno homosexual femenino es muy visto por las mujeres. Porque tiene menos contenido agresivo y violento y, además, las mujeres tienen menos miedo al deseo homoerótico".