“Esto apesta a caso real”: Ángeles Caballero pone sobre la mesa su gran dilema y nadie puede contener la risa

En La cena de los idiotés de la Cadena SER nos planteamos todo tipo de dilemas, a cada cuál más complejo, sobre situaciones cotidianas o no tan cotidianas de nuestro día a día. Desde algunos relacionados con el mundo laboral hasta otros que tienen que ver con el plano más personal, en el que entran en juego terceras personas como pueden ser amigos y familiares. A pesar de que no tienen por qué ser reales, de hecho la mayoría no lo son, algunas personas aprovechan este tipo de situaciones para desahogarse y sacar todo lo que tienen dentro. Y lo que ha hecho esta semana Ángeles Caballero no sabemos si se trata de un dilema falso o si en esta ocasión real. Principalmente porque algunos como Aimar Bretos han llegado a la conclusión de que podría ser completamente cierto: «Esto apesta a caso real». En esta ocasión, la periodista ha contado una historia que asegura que no es propia, pero que la va a hacer suya porque que tiene un punto de partida que es absolutamente real: «Yo milito en el sedentarismo. Todos los intentos que he hecho por moverme, por hacer algo de deporte y tal, me canso enseguida». En ese momento, Ángeles Caballero llega a la conclusión de que el tiempo pasa para todos y que, por muy complicado que sea para ella, es importante que comience a tomarse en serio eso de ponerse en forma: «No te lo ha tenido que decir el médico, pero tú eres consciente de que convendría que empezaras a moverte». Dado que no le ha servido para nada hacer deporte libre, y tampoco apuntarse a un gimnasio, la periodista opta por contratar a un entrenador personal: «Voy a ver si contrato a alguien que esté contigo, que te obligue, que te machaque y que te saque el látigo». Después de valorar distintas opciones, Ángeles Caballero decide contratar a un entrenador personal que tiene cerca de casa. Una vez allí, este le recomienda comprarse un bono de 10 clases porque le va a salir más barato que pagar por sesiones de manera individual: «Te hace un precio que la verdad es que te parece una ganga y coges los 10. No tanto por la gana, sino porque así me voy a obligar a hacer las diez sesiones y a ver qué pasa». Tras la primera clase, Ángeles Caballero sale completamente baldada pero nota que el entrenador le motiva a seguir adelante. Tras esta primera clase llega una segunda en la que el entrenador personal no está tan encima de ella. Le ve que está continuamente consultando el teléfono móvil y saliendo y entrando en la sala constantemente: «No te genera una decepción profunda, pero ves que está pasando un poco de ti». Un problema que se acrecienta a medida que van pasando las sesiones: «Horas antes de la tercera sesión te manda un mensaje y te dice que no va a poder dar la sesión. Te da un argumento que te suena a excusa, pero tú tienes tu bono y tampoco le das más importancia. Pero es que llega el lunes siguiente y vuelve a pasar lo mismo. En esta ocasión que tiene un problema con el local». El problema es que Ángeles Caballero se pasa por el local y ve que lo tiene todo abierto. Tras intentar ponerse en contacto nuevamente con el entrenador personal, este le sigue dando largas y no contesta a las llamadas ni los mensajes. Todo ello hasta que, finalmente, le envía un vídeo que se ha grabado el mismo en la cama de lo hospital. Te dice que ha tenido un accidente de tráfico y que está ingresado. Y es entonces cuando surge su dilema. ¿Qué debería hacer cuando se recupere? Volver al local y decirle todo lo que piensa y lo que está dispuesta a hacer para que nadie vuelva a pasar por esa situación o perder el dinero para no enfrentarte al asunto. Un dilema que es tan creíble que ha llevado a Aimar Bretos a sospechar que se trata de un suceso completamente real: «Esto apesta a caso real que te ha pasado». Unas palabras que han provocado las risas del resto de comensales, quienes se han quedado sorprendidos con la historia.

“Esto apesta a caso real”: Ángeles Caballero pone sobre la mesa su gran dilema y nadie puede contener la risa

Una estafa en un gimnasio marca uno de los momentos clave de ‘La cena de los idiotés’

David Justo

Webs de PRISA