El regalo oscuro
"Ahora vivo bajo el asedio de una revolución. Un magma que no encuentra salida. No voy a pedir que me despierten cuando esto haya pasado. Quiero un trabajo de ojos bien abiertos"

Durante la pandemia, vi varias veces el programa televisivo de una mujer que decía ser psicóloga. Era un espacio que pagaba ella misma. Rubia, el pelo revuelto, usaba blusas con estampado animal print y tenía el aspecto de alguien que acababa de levantarse con resaca. Al pie de la pantalla figuraba un número de teléfono junto a una foto de Freud dentro de un triángulo rojo. Todo tenía un aura de tarotismo más que de psicoanálisis. En uno de los programas, dedicado a la interpretación de los sueños, dijo: “Yo me especialicé en la pesadilla”. En otro, relacionado con el ajetreo y la velocidad de la vida actual, dijo “Es horroroso todo eso de las fuck you”, para referirse a las fake news. Usaba mucho la palabra “amo”. Amo a Freud, amo la psicología, amo esto, amo lo otro. Al final del programa, pasaba su aviso: “Si usted tiene ansiedad, angustia, ataque de pánico, depresión, llame al teléfono que aparece en pantalla y salga de eso en poco tiempo,”. Poco tiempo. Esa era la clave. Eliminenos al enemigo con eficacia y rapidez. El psicoanálisis como insecticida del síntoma. Aldous Huxley dijo que "no hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación". Por estos días, la angustia es la yegua de fuego que monto al despertar. Tiene la forma de una pregunta belicosa: qué hubiera pasado si. Llevo al perro de mi dolor donde quiera que vaya. No lo aparto. Trato de ser tan resistente como él. Cuando era niña, y estaba a punto de entrar a un galpón repleto de murciélagos o de arrojarme a una piscina desde un trampolín muy alto, mi padre me decía: “No tengas miedo”. No era un consuelo. Era una orden. Ahora vivo bajo el asedio de una revolución. Un magma que no encuentra salida. No voy a pedir que me despierten cuando esto haya pasado. Quiero un trabajo de ojos bien abiertos. Conservo una idea de salvación: al final del camino, parafraseando a Mary Oliver, espero descubrir que esta caja llena de oscuridad también era un regalo.