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Un estudio explica el efecto de tomar decisiones a medianoche: "Es cuando nuestra cabeza está en su peor momento para decidir nada sensato"

Patricia Fernández de Lis trae dos estudios: uno sobre el sexo de nuestros parientes más cercanos y otro sobre la toma nocturna de decisiones

Ciencia en Hora 25: Un estudio explica el efecto de tomar decisiones a medianoche

Ciencia en Hora 25: Un estudio explica el efecto de tomar decisiones a medianoche

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Madrid

Esta noche Patricia Fernández de Lis, periodista de El País, trae un primer estudio sobre el sexo de nuestros parientes más cercanos; el sexo de chimpancés y bonobos, que se parece más al nuestro de lo que pensábamos, porque ellos hacen como nosotros, o la mayoría de nosotros: no practican solo el sexo con objetivos reproductivos, sino por muchas otras razones, entre ellas, para resolver conflictos.

Un grupo de científicos británicos ha estudiado cómo estas dos especies utilizan el sexo como una herramienta social. Lo cierto es que los bonobos siempre han sido conocidos por sus interacciones sexuales frecuentes, que usan como forma de aliviar tensiones. Pero este estudio muestra que los chimpancés, que la ciencia pensaba que eran muy agresivos, también recurren al sexo para calmar los ánimos, aunque con menos frecuencia. Lo interesante es que los chimpancés tienen otras estrategias de reconciliación, como darse besos o colocar los dedos en la boca del otro, para demostrar vulnerabilidad y restaurar la confianza tras una pelea.

¿Diferencias entre machos y hembras?

En los bonobos, las hembras son quienes suelen iniciar el contacto sexual para aliviar tensiones. En cambio, entre los chimpancés, son los machos los que dan el primer paso. También observaron interacciones del mismo sexo en ambas especies. De hecho, los chimpancés machos también tienen contactos sexuales entre ellos, normalmente para calmar los ánimos en caso de conflicto. Entre los chimpancés también se observó el frotamiento de genitales, o el contacto entre traseros durante momentos de tensión social.

Los investigadores observaron que los individuos más jóvenes participan en estas interacciones, pero en contextos específicos. Por ejemplo, en los momentos previos a la comida, son los adultos los que suelen iniciar este tipo de acercamientos sexuales. Esto sugiere que hay una transmisión de comportamientos dentro del grupo, algo que también ocurre en los humanos.

Algunos estudios han identificado más de 200 razones por las que los humanos tenemos sexo: la atracción física, el amor, la curiosidad, la reproducción son de las más comunes, pero también hay otras, como alcanzar ciertos estatus social, vengarse de alguien o incluso sobrevivir. Y esto también ocurre en los primates. Lo interesante es ver cómo el sexo, más allá de la reproducción, ha jugado un papel clave en la evolución de las sociedades más complejas, la nuestra primero, y luego nuestros primos bonobos y chimpancés. Este estudio sugiere que el uso del sexo como herramienta social podría haber estado presente en nuestros antepasados comunes con los chimpancés y bonobos.

Las decisiones a medianoche

Dice un estudio que la madrugada no es el mejor momento para tomar decisiones importantes ni para enfrentarse a tareas exigentes, como presentar un programa de radio, por ejemplo, o comprar en la teletienda de madrugada, o mandar el típico mensaje a tu ex, o tuitear enfadado. Este estudio ha analizado las diferencias en la salud mental y el bienestar a lo largo del día de casi 50.000 personas y asegura que nuestra capacidad de concentración y nuestro estado de ánimo están en su mejor momento por la mañana pero, según avanza el día, las dos cosas empiezan a decaer. De hecho, a medianoche, a las 12h, es cuando nuestra cabeza está en su peor momento para decidir nada sensato.

Este bajón nocturno tiene que ver con nuestro reloj biológico y las hormonas que regulan el estado de ánimo. Por la mañana tenemos un pico de cortisol que nos ayuda a estar alerta y enfocados. Pero conforme cae la noche, la fatiga, el cansancio acumulado y la falta de luz afectan nuestra percepción y nuestras emociones. Por eso todo parece más catastrófico de noche. Y lo mismo pasa con la toma de decisiones: por la noche somos más impulsivos y menos racionales.

Las alondras y los búhos

Existen personas con cronotipos más matutinos o vespertinos, conocidos como alondras o búhos, respectivamente. Y esto tiene que ver con la edad también; las personas menores de 30 años son en su mayoría búhos, y luego vas envejeciendo y quedándote sin batería y ya eres alondra sí o sí.

 

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