¿Por qué Arabia Saudí acoge las negociaciones de paz sobre Ucrania?
El reino Saudí quiere convertirse en un actor global capaz de mediar con éxito en conflictos internacionales, y mantiene buenas relaciones basadas en inversiones multimillonarias con Trump y con Putin

El presidente Ucraniano recibido en Arabia Saudí pro el principe heredero Mohammed bin Salman / UKRAINE PRESIDENTIAL PRESS SERVICE HANDOUT (EFE)

Trump anunció el viernes que elegirá nuevamente Arabia Saudita como su primera visita al extranjero como presidente. Lo hizo después de que el príncipe heredero del país prometiera invertir un billón de dólares en empresas estadounidenses durante cuatro años y, además, de que este mantuviera su inversión con la familia de Trump, (con su yerno Jared Kushner) en cuyas empresas tiene invertidos 2.000 millones de dólares en los cuatro años que Trump ha estado fuera del gobierno.
El príncipe heredero también tiene estrechos vínculos con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien se negó a aislarle después del asesinato de Khashoggi. El príncipe Mohammed resistió la presión occidental para distanciarse de Moscú después de la invasión de Ucrania y continuó coordinándose estrechamente con Putin para controlar el suministro mundial de petróleo, incluso poniéndose del lado de Rusia al rechazar los llamados de la administración Biden para aumentar la producción de petróleo en 2022. Putin visitó el reino en 2023 y ha cortejado a Riad para que se una al BRICS, un bloque de países que busca contrarrestar la influencia económica de Estados Unidos.
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Así que tratando de nadar entre las aguas de la diplomacia, ganándose un puesto en la mesa internacional (que hasta ahora tenía Turquía), Arabia Saudí ha sacado su mantel nuevo y su alfombra de gala para recibir a Zelenski primero, con un agrado de Mohammed bin Salam este lunes por la noche.
Su llegada se produjo antes de una reunión entre altos funcionarios estadounidenses y ucranianos y apenas una semana después de que Donald Trump regañara públicamente a Zelenski por ser "desagradecido" en un incómodo enfrentamiento en la Casa Blanca. Arabia Saudita medió entre altos funcionarios estadounidenses y rusos el mes pasado para las primeras conversaciones directas entre Washington y Moscú desde la invasión rusa de Ucrania.
El lugar de estas conversaciones, que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, describió en su momento como uno que “en general conviene” a Estados Unidos y Rusia, se considera ampliamente una victoria para el líder de facto del reino, el príncipe Mohammed, de 39 años de edad, quien tiene la misión de transformar su país rico en petróleo y su pasado islamista fundamentalista en una nación que pueda cultivar el poder blando a partir de una inmensa riqueza.
Arabia Saudí hace años que está lavándose la cara ante el mundo como parte de un cambio, mostrando neutralidad en conflictos mundiales, alejándose de la guerra y tratando de atraer millones de inversores para llevar a cabo el plan del príncipe heredero que lleve al país más allá del petróleo.
Tras retirarse mayoritariamente de Yemen después de años de guerra, tratan ahora de recuperar las buenas relaciones con Irán, manteniendo importantes lazos comerciales con China y Rusia, al tiempo que se abren a occidente.
Además de ser sede de combates internacionales de boxeo y festivales de música electrónica, Arabia Saudita ha buscado proyectar una imagen de pacificador mundial, organizando reuniones de donantes de ayuda y conferencias de paz. En agosto de 2023, albergó una cumbre de paz de dos días sobre Ucrania con representantes de más de 40 países (aunque sin Rusia), y en febrero del mismo año prometió 400 millones de dólares en ayuda a Ucrania.
El ascenso del príncipe Mohammed como agente de poder en las conversaciones se debe a su estrecha relación con Trump, quien apoyó al joven miembro de la realeza cuando fue rechazado internacionalmente tras el asesinato del columnista del Washington Post Khashoggi en el año 2018 por agentes saudíes.
En 2017, Trump rompió con la tradición al elegir Arabia Saudita para su primera visita presidencial internacional. Incluso después de perder las elecciones de 2020, Arabia Saudita mantuvo estrechos vínculos comerciales con Trump, invirtiendo 2.000 millones de dólares en una empresa presidida por su yerno Jared Kushner y anunciando planes para construir las Torres Trump en el reino.

Victoria García
En la SER, desde hace casi tres décadas, con algunas ausencias. Antes en Antena3 Radio y TV. Trabajé...