El viaje a Laputa que el franquismo evitó a toda costa
La isla flotante de Laputa acabaría siendo conocida como Lupata en nuestro país
El viaje a Laputa que el franquismo evitó a toda costa
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Madrid
Los viajes de Gulliver es una novela fundamental en la historia de la literatura universal por muchos motivos. A pesar de que no fue concebido como un libro infantil ni mucho menos, pues se trataba de una sátira que trataba de burlarse de la sociedad europea de su tiempo e incluso de la naturaleza humana, este acabó convirtiéndose en un clásico aclamado por millones de niños y niñas de todo el mundo. Una obra que elevó al irlandés Jonathan Swift al altar de los autores más reconocidos de su época y que le permitió gozar de gran popularidad entre sus coetáneos.
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En este libro se nos presentan las aventuras de un viajero, de nombre Lemuel Gulliver, que recorre mundos de lo más diversos. Todo ello con el objetivo de mofarse también del subgénero literario de los "relatos de viajes" que imperaba durante aquella época. Desde el mundo de Liliput, donde el protagonista de la historia acaba siendo prisionero por una raza de personas de un tamaño doce veces menor que el de un ser humano hasta la región de Brobdingnag, donde se encuentra justo lo contrario. Una serie de gigantes que no dudan en mercadear con este pequeño individuo que acaba cayendo en manos de la casa real del país.
"No gustaba mucho"
El más polémico de estos cuatro viajes es el tercero. Principalmente en España, donde el franquismo no veía con buenos ojos que el protagonista de la historia se fuera a Laputa. Así lo cuenta Jesús Gallego en un nuevo programa de SER Historia, donde recuerda que los censores de nuestro país decidieron cambiar el nombre de la isla flotante para evitar cualquier posible confusión entre los niños y niñas que siguieran las aventuras de Gulliver: "Este libro, cuando se publica en España en la época del franquismo, poner Viaje a Laputa como que no gustaba mucho".
A pesar de que no había ninguna connotación sexual detrás del nombre de esta isla, estos pensaron que podría ser problemático y decidieron cambiar de título. Y no es que lo cambiaran mucho, pero fue más que suficiente para evitar esa posible confusión. De esta manera, el viaje de Laputa que corresponde a la tercera gran aventura de Gulliver pasaría a ser conocido en España como el viaje a Lupata. Sin embargo, el resto de la historia sería completamente idéntico al del libro original.
El viaje a Laputa
En esta tercera aventura, Gulliver se queda varado en una isla rocosa cercana a la India después de ser atacado por unos piratas. Por suerte, el protagonista de la historia es rescatado por la isla flotante de Laputa, un reino dedicado a las artes de la música, las matemáticas y la astronomía pero absolutamente incapaz de utilizarlas de modo práctico. Una sociedad que, a pesar de que es muy inteligente, destaca por llevar a cabo movimientos cuanto menos sorprendentes.
Jonathan Swift y su mordaz visión del mundo
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Entre otras cosas, los académicos invierten una gran cantidad de recursos en investigaciones completamente surrealistas para descubrir cómo extraer rayos de sol de pepinos o cómo ablandar el mármol para usarlo como almohadas. Es entonces cuando Gulliver parece listo para marcharse a un nuevo lugar y decide viajar hasta Japón.
David Justo
(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología que aborda la vida digital desde otro punto...
