Descremar la clientela: así se libran las aseguradoras de las personas mayores

Madrid

Nadie te obliga a hacerte un seguro de salud privado. Las aseguradoras no pueden negarse a asegurarte. Pero todo esto es relativo. La sanidad pública está maltratada, las listas de espera crecen los tiempos de espera se dilatan. Hay personas que no pueden esperar a hacerse esas pruebas o a una consulta con el especialista. Quien tiene una edad avanzada y económicamente puede prefiere usar la opción privada. Si es que les dejan…

Julián Moreno trabajó toda su vida en Robert Bosch, una empresa de automoción que firmó un acuerdo con Adeslas para que los empleados que quisieran pudieran contratar un seguro de salud bajo el principio de solidaridad generacional. Es decir, los jóvenes pagaban un poco más para que los mayores pagaran un poco menos. Así hasta que a Julián pasó a ser mayor. La aseguradora le hizo una póliza nueva y la cuota subió un 60% en cuestión de un año. Junto a otros compañeros denunció y perdió. Según la jueza lo que hacía Adeslas era inmoral pero completamente legal. Es una empresa privada y como tal puede poner a sus contratos las condiciones que más le beneficien. Julián reclamó a la Dirección General de Seguros para que Adeslas le justificase en qué se basaban para una subida tan radical. Respondieron con los motivos, pero no con la valoración de cada uno de ellos.

En todo esto proceso solo hay dos cosas que no pueden hacer las compañías de seguros: no avisarte con menos de dos meses de antelación de le subida o del cambio de condiciones y usar tu expediente médico para discriminarte “descremando a la clientela”, término que, Javier Ruíz Jefe de economía de la SER , dice que se utiliza para referirse a las prácticas que empujan a esa persona a no renovar con ellos. ¿Quién controla que esto no suceda? Nadie. No pueden negarse a asegurarte pero pueden ponértelo tan difícil que seas tú el que decida irse.

Según Rubén Sánchez, secretario general de Facua, poco se puede hacer frente a estas compañías que mueven tanto dinero y que tienen en los Consejeros de Salud de muchos gobiernos haciéndoles las mejores campañas de márketing. “La única solución sería una buena sanidad pública como la que antes teníamos y que no hiciera necesaria la privada. Y en su defecto una normativa que establezca un periodo de tiempo en el que no se pudieran subir las cuotas a los más vulnerables”

Se queja Julián de que durante su juventud pagó religiosamente y apenas utilizó los servicios. Y ahora, con 79 años, lo necesita y se encuentra con que quieren apartarle. Definitivamente “España no es un país para viejos”

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