Segundos desgarradores en la final de salto de longitud: el llanto de Jaime Guerra enmudeció el Europeo en pista cubierta
El saltador quedó tendido en el foso durante un periodo de desconcierto, lamentándose ostensiblemente hasta que recibió asistencia

Jaime Guerra cae lesionado en la final masculina de salto de longitud del Europeo indoor

El gran susto del viernes en el Europeo de Atletismo en pista cubierta de Apeldoorn tuvo acento español. El medallero del salto de longitud masculino se decidió en una jornada en la que el hispanocubano Lester Lescay se colgó el bronce. Sin embargo, el otro representante de España en liza, Jaime Guerra, hizo saltar las alarmas con una aparatosa caída que precedió a su salida del estadio en camilla. Se rompió en la batida, aterrizó de forma poco ortodoxa y sus gestos y gritos de dolor dieron origen a unos tensos momentos. La llegada de la asistencia médica se hizo eterna.
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El daño de Guerra resultó evidente en la caída del sexto salto. El dolor hizo que el atleta español olvidase cualquier técnica para mejorar su marca. Si la postura en la que cayó ya hizo brotar malos presagios, su reacción posterior terminó de confirmarlo. Y es que, fulminado sobre la arena del foso, se retorcía de dolor entre llantos y echándose la mano hacia la parte posterior de un muslo que ya llegaba maltrecho. El vendaje que asomaba por debajo de su indumentaria daba buena cuenta de sus problemas previos.
Los segundos de desconcierto encontraron al fin la respuesta del fisioterapeuta del equipo español Miquel Cos, que acudió a la carrera para ofrecer asistencia al saltador. Casi al unísono llegaron más refuerzos de equipos sanitarios, que retiraron a Guerra inmovilizado en camilla a la espera de ofrecer un diagnóstico público.
Horas después del incidente, ha sido el propio Jaime Guerra quien expuso en 'Teledeporte' cómo vivió dichos instantes. "Moralmente estoy jodido y físicamente también", reconoció, de primeras: "Me he notado muy bien. Lo que pasa es que en el quinto salto me he resbalado por tercera vez. Al pisar tanto el nulo, como esas tablas son una mierda, me he resbalado tres veces y en el quinto salto ya he notado que me tiraba. Me he intentado hacer un vendaje rápido porque me tocaba saltar enseguida y en el sexto ya se me ha ido el isquio a Cuenca", lamentó, arrojando luz sobre los problemas musculares que provocaron su salida en la gran final por la puerta de atrás pese a terminar en quinta posición.