Muere a los 99 años Francisco Witcher, el último superviviente de la lista de Schindler
El hombre ha fallecido en su casa de Argentina, según ha informado su nieto, el periodista Tomás Witcher, en los medios locales

Un campo de concentración de la Alemania nazi, en una imagen de archivo. / LESZEK SZYMANSKI (EFE)

Madrid
Francisco Witcher, uno de los últimos supervivientes de la conocida lista de Schindler, ha fallecido a los 99 años en su casa de Buenos Aires, en Argentina. La noticia la ha difundido su nieto, el periodista Tomás Witcher, que ha enviado un comunicado a los medios locales. "Te cuento que falleció mi abuelo, quien dedicó gran parte de su vida a contar su historia y legado. Si su muerte sirve para reflotar su historia, bienvenido sea", ha expresado.
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Francisco, cuyo nombre real es Feiwel, fue uno de los pocos que sobrevivieron al Holocausto nazi. Lo hizo gracias a ser una de las 1.200 personas que aparecían en la lista de Oskar Schindler, un empresario alemán afiliado al nazismo que daba trabajo a judíos para evitar que fuesen enviados a campos de concentración. Witcher fue el obrero número 371 que trabajó en la fábrica.
Nacido en Polonia en 1926, Witcher creció en una familia judía en un pequeño pueblo de la zona. A sus 13 años, la vida que conocía cambió por completo. "Quería empezar el colegio. Pero era 1939. Hitler invadió mi país. Y el mundo entero entró en guerra", explicó él mismo en una entrevista con el medio 'Clarín'.
Witcher es incluido en la lista de Schindler
La vida de Witcher nunca fue fácil. Su padre y sus cinco hermanos murieron a manos del nazismo, y él entró en el campo de concentración de Plaszow. Allí se empezó a correr la voz sobre un empresario que quería montar una fábrica de municiones en Brünnlitz, Checoslovaquia, y al estar catalogado como obrero metalúrgico, el joven fue trasladado hasta el lugar. "Nos convertimos en la Lista Schindler: hombres y mujeres a quienes el destino les tenía previsto un respiro en medio del infierno", explicó.
Fue en otoño de 1944 cuando Feiwel comenzó a trabajar en la fábrica y, aunque las condiciones laborales no mejoraron, sí lo hizo su calidad de vida. "No teníamos nombre ni ropa propia pero se comía bien, no se pasaba hambre y había buen trato", indicó el judío, quien también hizo alusión a la benevolencia del empresario y su mujer, Emilie.
Feiwel dejó de ser el condenado 105.262 para convertirse en uno más de los obreros de la fábrica, que debía proporcionar balas antitanque. Durante casi un año el ahora fallecido trabajó bajo el mandato de Oskar y Emilie, quienes pagaban de su bolsillo todos los gastos que la compañía generaba. "Sus objetivos, claramente, se habían deslindado por completo del aspecto económico", para comenzar a ser una "empresa humanitaria".
El obrero 371 vivió el fin de la Segunda Guerra Mundial
Era 7 de mayo de 1945 y los obreros comenzaban una nueva jornada en la fábrica de Brünnlitz, pero "algo extraño pasaba". Aquel día Oskar mandó encender la radio, desde donde sonaba un mensaje de Churchill. "Alemania se rendía de forma incondicional. Había terminado la Segunda Guerra Mundial".
Aquel día el empresario alemán pronunció dos palabras que lo cambiaron todo: "Sois libres". "Oskar nos agradeció el esfuerzo que todos habíamos hecho para sostener su fábrica, nos informó que la cerraba y que, a partir de se momento, cada uno de nosotros era libre", concluyó en la entrevista con el citado medio. "Me fui de Brünnlitz una semana después de terminada la guerra".
Después de su partida, una organización sionista le ayudó a llegar hasta Argentina, país en el que ha vivido desde entonces. Durante años, Witcher guardó silencio sobre lo que había sufrido años atrás, y no fue hasta ver la conocida película 'La lista de Schindler' cuando se abrió en canal después de tantas décadas de silencio.