Las mujeres detrás de los números: cómo el feminismo se ha abierto camino en el mundo laboral
El cuestionamiento, el desempleo, la brecha salarial y las dificultades para conciliar se acentúan en ellas. Según el Banco de España, el 40% de las mujeres deja su trabajo en los primeros 10 años después de tener hijos

Una mujer trabajando. / Pixabay

El cuestionamiento sobre la valía, la cualificación o profesionalidad son algunos de los aspectos que las mujeres denuncian, en especial, en lo que respecta a los puestos de liderazgo. Lucía Marín, reconocida directora de orquesta clásica, con más de 25 años de trayectoria, primera española en dirigir en Australia y miembro de la Academia de la Música de España, reconoce ciertas reticencias aún cuando empuña la batuta: "La autoridad se te concede, en parte, si creen en ti. Y he visto dudas a la hora de dirigir. Algunas con razón, al comienzo de mi carrera, y otras sin razón. También me expongo a críticas en las que se dicen cosas que caen por su propio peso".
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Como Lucía Marín, que apunta a los "techos de cristal" en el mundo artístico, otras mujeres como María Pérez, primera minera perforista en España, señala que en sectores masculinizados como el suyo hay que "demostrar al 200% la valía y productividad": "He vivido situaciones denunciables en mi trayectoria, que no solo ha sido en la minería, pero estaba muy segura de mí misma y me las echaba a la espalda". Además de su trabajo, promueve la visibilización de las mujeres en sectores tradicionalmente reservados a los hombres e imparte talleres sobre empoderamiento en colegios e institutos de Andalucía.
Por su parte, Mar Alguacil, una de las primeras piloto de largo recorrido en nuestro país, asegura que han cambiado mucho las cosas desde que comenzó su carrera hace 30 años: "En un principio, como no había mujeres, nuestras realidades y necesidades no figuraban en los convenios colectivos ni se planteaban las compañías cuestiones como bajas por embarazo o reducciones de jornada". Indica que, en sus dos embarazos, la baja tenía que ser por enfermedad y que "había que pelear" cuando ya se es madre y hay que adaptarse a la crianza. No obstante, reconoce que en su sector son cada vez más los hombres que solicitan reducción de jornada para la conciliación familiar: "Hemos mejorado, en mi época estaba mal visto que un hombre cambiara pañales".
"En puestos de liderazgo en la alta cocina hay más hombres"
La crianza de los hijos, cuyo peso siguen todavía soportando únicamente las mujeres en muchos casos, se une a espacios reservados tradicionalmente para ellas como los fogones. Todavía continúan siendo las mujeres mayoría a la hora de cocinar en casa. Pero los grandes chefs suelen ser hombres. María Gómez, chef de Magoga (Cartagena), reconocida con una Estrella Michelín, asegura que ha llegado a escuchar que se la han concedido por ser mujer: "No le doy importancia porque ha sido gracias a mi esfuerzo y a la excelencia. Es cierto que en puestos de liderazgo en la alta cocina hay más hombres, pero lo que marca la diferencia es la capacidad y no el género".
Las mujeres también son mayoría en los cuidados y el trabajo doméstico. El 42% de esas trabajadoras son migrantes como Silvia, que vino de Honduras: "Tenía que sacar algo de dinero, nadie me daba trabajo sin los papeles. Me cogieron para un chalet, no tenía ni tiempo de comer. Ahora estoy en un colectivo que me ha abierto mucho la mente y me he preparado para ciertas situaciones. Cuando llegas aquí lo primero que te dicen es que diga sí a todo y no puedes decir que no".
Otras mujeres que lo tienen doblemente difícil son aquellas con diversidad funcional. Inma tiene discapacidad intelectual y trabaja limpiando oficinas: "Habitualmente los familiares nos exigen estar en casa, mi madre no me dejaba trabajar. Tengo compañeras en la casa donde vivo que tienen discapacidad pero también pueden trabajar, tienen derecho".
De generación en generación
También están quienes abrieron camino como Pilar. Tiene 85 años y pertenece a otra generación en la que no era habitual que ellas trabajasen. Ha sido funcionaria de la Junta de Andalucía y ha escrito y editado libros de folclore andaluz: "Me queda muy poco ya para terminar el último libreto que tengo entre manos. Yo aprovechaba los fines de semana y los puentes para irme por los pueblos y conocer su folclore para plasmarlo en libros que recojan su historia e importancia".
A personas como Pilar le recogen ese testigo mujeres como Sara. Es investigadora y doctoranda de la Universidad de Valladolid: "Dentro de poco presentaré mi tesis doctoral con resultados muy prometedores sobre cómo frenar la muerte de las neuronas". No obstante, reconoce que existe aún una amplia brecha en el mundo de la ciencia: "Yo estoy en el nivel más bajo que es el predoctoral, ahí estamos 50% mujeres y 50% hombres. Pero ya en puestos de coordinación de grupos de investigación o de científicos titulares, la representatividad de la mujer cae al 20%".