El origen de la astronomía moderna se encuentra en las cumbres del Teide
En 1856, el astrónomo escocés Charles Piazzi Smyth estableció el primer observatorio de alta montaña en Tenerife, cambiando para siempre la forma de observar el universo. Lo cuenta en 'La Ventana' la periodista Marta Fernández

Academia de saberes inútiles | El origen de la astronomía moderna en las cumbres del Teide
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Madrid
Cuando pensamos en Canarias, es común asociar las islas con sus playas, su clima y su naturaleza exuberante. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que este archipiélago ha sido un punto clave en la historia de la astronomía desde mediados del siglo XIX. Fue en Tenerife donde se instaló el primer observatorio astronómico de alta montaña, un hito que marcó un antes y un después en la exploración del cosmos. A propósito de la edición especial de La Ventana en Tenerife, Marta Fernández ha desarrollado su Academia de saberes inútiles a partir de este observatorio tan importante para la astronomía.
El pionero: Charles Piazzi Smyth
En 1856, el astrónomo escocés Charles Piazzi Smyth, Astrónomo Real de Escocia, llegó a Tenerife con una misión: demostrar que las observaciones astronómicas eran más efectivas en las cumbres de las montañas, tal y como había sugerido Isaac Newton casi un siglo y medio antes. Smyth, acompañado de su esposa, la geóloga Jessie Duncan, y un equipo que incluía dos guías locales, veinte mulas y dos marineros, se adentró en las Cañadas del Teide para instalar su telescopio.
El viaje no fue fácil. Financiado por Robert Stephenson, el ingeniero británico conocido como el "padre del ferrocarril", Smyth y su equipo enfrentaron desafíos como la calima, un fenómeno meteorológico que dificultaba la visibilidad. Sin embargo, su perseverancia los llevó a establecer un campamento en el Alto del Guajara y, posteriormente, a ascender hasta los 3.260 metros de altitud, cerca del refugio de Altavista, donde finalmente lograron observar el cielo con una claridad sin precedentes.
Descubrimientos que cambiaron la astronomía
Desde su campamento en las faldas del Teide, Smyth realizó observaciones revolucionarias. Logró ver la separación de los anillos de Saturno, identificar estrellas binarias en la constelación de Andrómeda y observar la superficie de la Luna con un detalle nunca antes alcanzado. Estos hallazgos no solo validaron las teorías de Newton, sino que también sentaron las bases para la astronomía moderna, demostrando que las cumbres montañosas eran los lugares ideales para la observación astronómica.
Smyth documentó sus experiencias en el libro Tenerife, las experiencias de un astrónomo, donde incluyó fotografías tomadas por su esposa, Jessie Duncan. Este libro no solo sirvió como testimonio de sus descubrimientos, sino también como un reclamo para que otros astrónomos siguieran sus pasos. "Nos preguntamos por cuánto tiempo el mundo ilustrado retrasará la instalación de un observatorio en las Cañadas del Teide, que tanto prometen para el mejor avance de la más sublime de las Ciencias", escribió Smyth al despedirse de las islas.
El legado de Smyth y Canarias
Aunque Smyth regresó a Escocia, su legado en Canarias perdura. Hoy, el archipiélago alberga algunos de los observatorios más importantes del mundo, como el Observatorio del Teide y el Observatorio del Roque de los Muchachos en La Palma. Estos centros han sido testigos de descubrimientos cruciales, como la detección de agujeros negros y la observación de exoplanetas.
Además, el cráter Piazzi Smyth en la Luna y el Monte de Tenerife y el Monte del Pico en el satélite terrestre son un homenaje a las contribuciones de Smyth y al papel fundamental de Canarias en la astronomía.

Álvaro García-Dotor
Periodista cultural. Redactor en La Ventana.