Manuel Jabois, sobre el juez de Héctor de Miguel: "Debe pensar que a los gays les hace falta abusar de alguien para ser apedreados"

Madrid

"Es una afirmación muy delicada, la que pronuncia el juez. Incluso para un juez homófobo es delicada. Incluso pronunciar en privado, tomando declaración a un imputado, es delicada. También es cierto que es el contexto que la judicatura de este país se va mereciendo. El juez le pregunta a Héctor de Miguel qué le parecería si le expresase el deseo de alguien de dinamitar la Plaza Pedro Zerolo y apedrear a homosexuales que hayan abusado sexualmente de menores. El juez debe pensar que a los gays les hace falta abusar de alguien para ser apedreados. En muchos lugares les basta con salir a la calle, hombre. En muchos lugares de España, no me refiero en donde los ahorcan, sino en España. Agresiones cada fin de semana, verbales o físicas, de vez en cuando algún asesinato. Hace muy poco se celebró precisamente un juicio.

¿Qué le va a parecer a Héctor de Miguel que alguien diga algo así? A lo mejor piensa que es un gilipollas. Del mismo modo que mucha gente al escuchar a De Miguel habría pensado que es un gilipollas también. La diferencia es que cuando yo creo que alguien es gilipollas no lo imputo y lo llamo a declarar. Este juez se ve que sí, confunde sus tensiones personales con su trabajo, que esa es otra. ¿Cómo de impune te está haciendo sentir el momento político actual, cuánta libertad está corriendo por tus venas, para sacar a un tío de su casa, ponerlo a declarar y soltarle eso a la cara? El juez contrapone el Valle de los Caídos, que es un lugar de culto fascista, con la Plaza Pedro Zerolo que lleva el nombre de un activista gay que peleó por que todo el mundo tuviese los mismos derechos y dejó, además, una frase histórica a sus adversarios: 'usted cabe en mi modelo de sociedad, yo no quepo en el suyo'. El juez contrapone los homosexuales agresores sexuales con los sacerdotes agresores sexuales por los que sucesivos papas han estado preocupados vigilándolos o encubriéndolos, dependiendo del humor.

Yo viví muchos años en la Plaza Pedro Zerolo. Iba muchas veces la policía a esa plaza a intervenir. Es una plaza por la que yo vi pasar a una manifestación neonazi amedrentando, amenazando y tratando de agredir a homosexuales, fíjate la persecución. Es una zona en la que viven y salen de copas muchísimos gays. En casa, solo llamamos dos veces a la policía en todos esos años, las dos fueron por agresiones a mujeres. No hay que enredarse, los delitos de odio que se traducen en agresiones contra los cristianos en España afortunadamente son muy pocos, es mucho más caro ser gay. Pero allá el juez con sus pobres comparaciones."