La Caixa vuelve a casa
España es ahora un poco más amplia, porque vuelve a tener más ojos, más manos y más calculadoras en distintos lugares. No solo en la capital

Barcelona
El Grupo Caixa empieza a volver a Cataluña. A deshacer el camino obligado que emprendió hace casi siete años, para asegurarse la seguridad jurídica cuando el caos del “procés”. Es un espaldarazo a la nueva situación política catalana. Es un certificado de normalidad extendido por el poderoso consorcio financiero, y por extensión de la sociedad civil, hacia la etapa de tranquila pero acelerada actividad que encabeza Salvador Illa desde otoño.
Quienes encabezaron simbólicamente la marcha, Sabadell y el grupo Caixa, consideran que se han disipado ya los motivos que impulsaron su marcha al “exilio” desde Cataluña. A partir de ahora los que sigan identificando a los catalanes como revoltosos, desordenados y muñecos de Carles Puigdemont se equivocarán todavía más. Esto vale sobre todo para los políticos de brocha gorda a quienes no les tiembla la mano en azuzar las tensiones territoriales para conseguir sus fines.
El Grupo Caixa todavía no vuelve del todo. Se mueven dos de sus tres entidades: la Fundación, que es la primera de Europa, y el holding industrial, Criteria. Pero el banco se queda, al menos de momento, en su sede de Valencia. Este paso, decisivo pero aún incompleto, obedece a un síndrome de equilibrio cauteloso muy característico del grupo. Pero el movimiento ha empezado y confirma el acierto del Banco Sabadell cuando decidido emprender la “operación retorno” a todos los efectos.
La noticia también es sugerente desde el punto de vista de la distribución del poder económico territorial. España es ahora un poco más amplia, porque vuelve a tener más ojos, más manos y más calculadoras en distintos lugares. No solo en la capital.

Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...