Siria inicia una transición con grandes retos
Siria estrena un nuevo gobierno tras medio siglo de dictadura de la familia Assad con el reto de reconstruir las instituciones y reactivar una economía destrozada por la guerra
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Siria estrena gobierno este sábado, 1 de marzo, tras más de 50 años de gobierno de la familia Assad. Desde que la antigua filial de Al Qaeda Hayat Tahrir al-Sham lideró una coalición de rebeldes para derrocar al régimen de Bachar Al Assad el año pasado, el país ha estado dirigido por el presidente interino Ahmed Al-Sharaa, cabeza del grupo. También conocido como Abu Mohamed al-Golani, su nombre de guerra, el presidente se presenta mucho más moderado, hasta el punto de haber logrado que Estados Unidos lo retire de su lista de terroristas.
El nuevo gobierno que tomará el relevo lo hará representando a todos los sirios en su diversidad, multiétnica y multiconfesional, según anunció el ministro de Asuntos Exteriores, y con el reto por delante de reconstruir las instituciones y reactivar una economía destrozada por casi 14 años de guerra. Después de tres meses desde la caída del régimen, los sirios viven este momento con “esperanza de cambio”, según la abogada y política siria Dima Moussa, y con “moderado optimismo”. “Hoy, con Assad fuera, el mayor obstáculo que tenían los sirios sobre su futuro ha desaparecido. Gente como yo, que ha vivido fuera de su país, sabe ahora que puede volver y trabajar en la reconstrucción del estado”, celebra.
Este gobierno debería conducir a unas elecciones en una Siria plenamente libre, pero esto podría llevar años. Moussa forma parte de la coalición de la oposición siria que se enfrentó a Al Assad desde 2011 y ahora defiende su espacio en el futuro del país. “El régimen se esforzó en hacer que los sirios desconfiaran los unos de los otros y destruyó el tejido social que los mantenía. Necesitamos trabajar en eso ahora y podemos hacerlo”, insiste.
Las autoridades siguen intentando construir un estado, pero hay muchas piedras en el camino. Por un lado, la integración de las distintas facciones y minorías de un país muy diverso. Por otro lado, la economía sigue sufriendo las consecuencias de la guerra y las sanciones internacionales. El periodista Miguel Flores cuenta desde Damasco que desde que cayó la dictadura el gobierno no ha podido pagar los sueldos de los funcionarios públicos y la falta de liquidez en los bancos restringe a 30 dólares diarios la retirada de dinero. Por eso están surgiendo nuevas formas de ganarse la vida como el contrabando.
Ante esta crisis que asfixia a la población, Dima Moussa reconoce que la reconstrucción tendrá que pasar por algún apoyo de la comunidad internacional. “Al menos, asegurarnos de que nadie en la comunidad internacional, y no voy a mencionar a nadie, quiera sabotear el proceso de reconstrucción de Siria. Hoy, uno de nuestros mayores obstáculos son las sanciones internacionales... y las sanciones estadounidenses, en particular”. Pero confía en que ese nuevo gobierno logre garantizar que las diferencias entre facciones no desemboquen en otro derramamiento de sangre.
Las sanciones de Estados Unidos están siendo un gran obstáculo para el futuro de Siria, pero también hay otro en el terreno militar. Israel no va a tolerar el despliegue del Ejército al sur de Damasco, donde Israel ha ido construyendo varias bases militares desde la caída del régimen sirio, lo que deja el nuevo gobierno sirio entre la espada y la pared. Con un ejército mermado por la guerra, Ahmed Al-Sharaa solo puede pedir a Israel que respete la zona desmilitarizada que se pactó tras la ocupación israelí en 1974. Su tibieza ante las provocaciones israelíes ya ha provocado protestas en las calles, según ha comprobado Miguel Flores.
Israel ha aumentado los bombardeos en Siria pese a que desde el 8 de diciembre, ni Irán ni Hezbolá tienen presencia en el país, recuerda Moussa, lo que, según la política, “confirma lo que siempre hemos pensado... que Israel no se beneficia si hay estabilidad en sus países vecinos. Su mentalidad y su forma de actuar es violar siempre la soberanía de otros países y el derecho internacional, especialmente en Gaza, Cisjordania, Líbano y Siria. Y nadie de la comunidad internacional está haciendo nada”, lamenta.
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Otro objetivo que se marcó el nuevo presidente es la rendición de cuentas por los crímenes de Al Assad. Cientos de miles de personas fueron detenidas o asesinadas bajo tortura por el régimen durante los más de trece años de guerra. “Algunas personas han podido recibir los restos de sus seres queridos que fueron asesinados bajo custodia o en prisión. Algunas habían recibido simplemente un documento certificando la muerte de su familiar ‘por causas naturales’. Todavía hay muchas personas de las que no se sabe nada y creo que esa es ahora la prioridad en términos de rendición de cuentas”, explica Moussa. Pero también hace falta un relato de la verdad, subraya.
La política feminista, que también forma parte de la secretaría general del Movimiento Político de Mujeres Sirias del que es fundadora, pone el foco en el papel de las mujeres sirias en esta reconstrucción y también se muestra optimista. “Las mujeres sirias han cambiado los estereotipos que limitaban el rol de la mujer a cosas muy específicas dentro de la sociedad. Ahora se han convertido en un factor económico importante y han participado en el espacio público”, recuerda. Y reconoce que “al menos hasta ahora, la retórica de los nuevos líderes sirios ha sido inclusiva”. “No creo que los dirigentes actuales piensen de forma realista que la Sharía (ley islámica) pueda imponerse como única fuente de la legislación siria”, añade.