La policía interroga al ganador de las elecciones anuladas en Rumanía por intentar fundar una organización fascista

Rumanía vive un tiempo político convulso después de la anulación de las elecciones presidenciales por la sospecha de que Rusia había impulsado con una campaña de desinformación la inesperada victoria del candidato ultraderechista Calin Georgescu. Los rumanos vuelven a las urnas en mayo, pero este miércoles ha sido detenido el propio Georgescu acusado de formar parte de una organización fascista y ha sido interrogado durante más de cinco horas.

La investigación parte de un vídeo de un conocido influencer rumano que emite mensajes antisemitas y ultranacionalistas en el que aparece el propio Georgescu con él, así como de los gestos y palabras utilizados en un mitin en la capital rumana que en el país se relacionan con Ion Antonescu, aliado de los nazis y condenado por crímenes de guerra. Ese tipo de palabras, gestos y simbología están prohibidos por la ley rumana.

Al salir de su interrogatorio, Georgescu ha hecho el saludo fascista.

Según informan varios medios rumanos, se han interceptado grabaciones en las que Georgescu habla con la embajada rusa y también plantea la creación de grupos paramilitares para ocupar instituciones estatales.

Seis cargos contra él

La Fiscalía de la capital rumana ha abierto por tanto un proceso por seis cargos, que incluyen desde esas actitudes anticonstitucionales para poner en marcha una organización de carácter fascista y xenófobo como otros relacionados con la falsificación de las fuentes de financiación de su campaña electoral o de su declaración de patrimonio.

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Georgescu ha sido puesto bajo control judicial durante 60 días, se le ha prohibido salir del país y no se le permite crear nuevas cuentas en las redes sociales, además de las que ya posee. Puede enfrentarse a una pena de cárcel de entre 1 y 5 años.

Se han realizado decenas de registros en domicilios de varias ciudades rumanas como Sibiu o Cluj, en concreto en casas de personas relacionadas con Georgescu. Hasta 27 personas y cuatro oficinas están siendo investigadas por la sospecha de querer constituir una "organización de carácter fascista, racista o xenófobo" en Rumanía.

Entre las personas investigadas está Horatiu Potra, un mercenario ultraderechista al que se acusa de financiar de manera irregular la campaña de Georgescu o de hacerle regalos como un coche de lujo. La policía investiga si Potra había pagado ya previamente sobornos a Georgescu a cambio de favores si llegaba a la presidencia del país. Durante el registro a su domicilio la policía ha encontrado pistolas, metralletas, granadas, munición y hasta un lanzagranadas.

Los ultraderechistas siguen siendo favoritos

El principal partido ultraderechista del país, AUR, dice que no hay ninguna prueba para detener a Georgescu, cuya participación en la repetición electoral estaba todavía en el aire. Simpatizantes de la extrema derecha se han concentrado frente a la Fiscalía de Bucarest para mostrar su respaldo a Georgescu, quien era un político residual en el país hasta su inesperada, y sospechosa, victoria en la primera vuelta de las elecciones.

Las encuestas que se han ido publicando en lo que llevamos de año siguen mostrando a Georgescu como el favorito para ganar las elecciones si volviera a presentarse. El segundo en esas encuestas es el alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, perteneciente a una formación en la que están aliados conservadores y liberales. Estas mismas encuestas muestran que si Georgescu no se presentara, aún así la extrema derecha de AUR es la favorita para ganar en los comicios de mayo.

Georgescu ha asegurado al salir de la Fiscalía que pretende presentarse a las elecciones a pesar de todo el aluvión judicial que se cierne sobre él. "Nada me sorprende, me recuerda a la mentalidad y el sistema comunista de los años 50", ha dicho el líder ultraderechista después de su interrogatorio. Georgescu ha recibido vía X el respaldo del mentor global de los políticos de extrema derecha de todo el mundo: Elon Musk.